“¿Dónde estabas el 5 de noviembre de 2015?”. Es una pregunta disparadora, pero cargada de simbolismo.
Detrás de esto se encuentran la Comisión de Afectados por la Represa Fundão – Mariana (CABF) y Cáritas Brasileira Regional Minas Gerais (Brasil).
El objetivo es recordar lo que ha acontecido el 5 de noviembre de 2015 cuando los muros de contención de las represas Fundão y Santarém, en Bento Rodrigues, se rompieron.
Los efectos han sido devastadores y transformaron lo sucedido en una de las mayores tragedias socioambientales de la historia de Brasil (la mayor en Minas Gerais).
En cuanto a cifras que ha dejado la tragedia de Bento Rodrigues, hubo 19 personas fallecidas y los desechos minerales (más 43 millones de metros cúbicos) a través del Río Doce afectaron a casi dos millones de personas.
A 5 años de la tragedia
Por estas horas la propia Conferencia Episcopal de Brasil (CNBB) se hace eco de aquella jornada y hace énfasis en que aún no se han reparado los derechos de las víctimas.
Sobre la mesa está la denuncia, a la cual también se ha sumado la propia Cáritas, sobre la “violación diaria” de derechos por parte de empresas mineras como a Vale y BHP (controladoras de Samarco).
Tanto desde CABF como desde Cáritas se ayudará a darle eco al tema de la justicia y reparación a través de proyecciones y acciones en redes sociales.
Las víctimas en Bento Rodrigues
Mônica dos Santos, miembro de la Comisión de Personas Afectadas de Mariana (CABF), es una de las tantas personas afectadas en Bento Rodrigues.
“Incluso si ellos (Vale, Samarco, BHP y Renova) pagan por todo lo que reclamamos. Aun así, siempre estarán en deuda con nosotros”, expresó dos Santos, tal cual reproduce el portal de la Iglesia en Brasil.
Tanto para esta mujer, como para otras familias, el convencimiento es que de parte de las empresas involucradas hay una estrategia para evitar precedentes en este tipo de reparaciones para las víctimas.
Más allá de que se hallan desarrollado acciones de parte de las empresas como disponibilidad de recursos para la Fundación Renova (creada para la gestación de procesos de reparación), la consideración es que no se ofrecen respuestas a las personas afectadas.
Mientras esto acontece, y se sigue reclamando una reparación justa y legal, muchos recuerdan lo acontecido en 2019 con la represa Brumadinho, otra tragedia que le costó la vida a más de 270 personas.
“El crimen se renueva”, afirman las víctimas de la tragedia de Bento Rodrigues al hacer un vínculo entre ambos acontecimientos.
La Iglesia de Brasil acompaña
Hoy la Iglesia de Brasil se hace eco de todo esto, de los reclamos e interrogantes, y sigue a acompañando el dolor de las víctimas.
El obispo auxiliar de Belo Horizonte (MG) y secretario ejecutivo de la Comisión Especial de Minería y Ecología Integral (CEEM) de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB), monseñor Vicente de Paula Ferreira, expresó este 5 de noviembre (ver nota de CNBB) lo siguiente en nombre de la Comisión CNBB:
“Queremos, en esta fecha, mostrar nuestra solidaridad con todos los afectados y nuestro compromiso en defensa de la Casa Común”.
Las palabras están acompañadas de la publicación de una carta de denuncia, que se resume a continuación:
“Exigimos: a) la restauración del derecho a una vivienda digna, incluida la preservación de las formas de vida, de las comunidades destruidas, como las comunidades tradicionales; b) compensación económica, aun sabiendo que algunos derechos lesionados son irreparables; c) también reafirmamos la rehabilitación médica, psicológica, económica y social de personas y grupos; d) apoyo a la justa indemnización por daños y perjuicios materiales e inmateriales ”
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