No descansa mi paz en lo que los hombres hacen, en las medidas que adoptan para evitar los contagios...
Todos quieren ser felices. Yo también lo deseo con todas mis fuerzas. Quiero ser tocado por Dios desde lo alto. Quiero tener una vida plena.
Y tengo claro que una vida plena no depende de lo exterior, de lo que todos ven. Una vida aparentemente plena puede no serlo cuando escarbo suavemente levantando la piel.
Y veo entonces lo que de verdad habita en el alma, una profunda insatisfacción, un gran vacío. No es oro todo lo que reluce. No está bien todo lo que parece estar en orden.
Tampoco está mal lo que huele a fracaso. Es todo más complejo, más sutil o quizás más sencillo. Mi vida puede ser infeliz cuando yo decido que así lo sea. Puede ser plena cuando mi mirada la ve completa. Sé que todo sucede en lo más hondo de mi corazón.
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