“Benedicto es un buen hombre, es la santidad hecha persona”. Nueva entrevista al papa Francisco realizada por la agencia de noticias italiana, Adnkronos El papa Francisco desmintió este viernes supuestos “desacuerdos” o “diversidad de puntos de vista” con el Papa emérito. “Benedicto para mí es un padre y un hermano, por carta le escribo ‘filial y fraternalmente’. A menudo lo visito allí arriba (con el dedo señala la dirección del monasterio Mater Ecclesiae justo detrás de San Pedro) y si lo veo un poco menos recientemente es sólo porque no quiero cansarlo”.
“La relación – insistió Bergoglio – es muy buena, muy buena, estamos de acuerdo en las cosas que hay que hacer. Benedicto es un buen hombre, es la santidad hecha persona. No hay problemas entre nosotros, entonces cada uno puede decir y pensar lo que quiera. Piense que se las arreglaron para decir que habíamos discutido, Benedicto y yo, sobre qué tumba era para mí y cuál de él”.
En una conversación con la agencia italiana de noticias Adnkronos, publicada este viernes 30 de octubre, Francisco habla sobre la fe y la oración en tiempos de pandemia, y no deja de responder a las preguntas sobre los escándalos, el despilfarro y las criticas buenas o malas que recibe y los ataques de sus enemigos.
La corrupción en la Iglesia
“Desafortunadamente, la corrupción es una historia cíclica, se repite, luego alguien llega para limpiar y ordenar, pero luego comienza de nuevo esperando que alguien más llegue para poner fin a esta degeneración”.
“La Iglesia es y sigue siendo fuerte, pero el tema de la corrupción es un problema profundo que se pierde a lo largo de los siglos. Al principio de mi pontificado fui a ver a Benedicto”.
Francisco cuenta que en la transición, el Papa emérito le entregó una “caja grande”: “Todo está aquí – dijo – están los actos con las situaciones más difíciles, he llegado hasta aquí, he intervenido en esta situación, he ahuyentado a esta gente y ahora… te toca a ti“. El Papa sostiene que no hizo más que “recoger el testimonio del Papa Benedicto, continué su trabajo”.
La gestión opaca de las finanzas vaticanas
Luego, el periodista Chiocci hace referencia a “la opaca gestión de las finanzas vaticanas, el Óbolo de San Pedro, la imprudencia de ciertas inversiones en el extranjero, el activismo poco caritativo de los pastores de almas transformadas en lobos de rentas”.
Por su parte, el Papa se refiere a San Ambrosio para resumir su orientación:
“La Iglesia siempre ha sido una casta meretrix, una pecadora. Digamos mejor: una parte de ella, porque la gran mayoría va en dirección opuesta, sigue el camino correcto.
Pero es innegable que personalidades de varios tipos y caracteres, eclesiásticos y muchos falsos amigos laicos de la Iglesia, han ayudado a disolver el patrimonio de muebles e inmuebles no del Vaticano sino de los fieles.
El Evangelio me llama la atención cuando el Señor pide elegir: o seguir a Dios o seguir al dinero. Jesús lo dijo, no es posible ir tras ambos”.
La anécdota del perro
Francisco recuerda el buen consejo de su abuela: “Ella, que ciertamente no era teóloga, siempre nos dijo a los niños que el diablo entra por los bolsillos. Ella tenía razón. Al igual que la anciana que conocí en una remota favela de Buenos Aires el día que murió Juan Pablo II tenía razón: Estaba en un autobús -recuerda Francisco- que iba camino a una favela, cuando me llegó la noticia que daba la vuelta al mundo”.
“Durante la misa, pedí rezar por el Papa fallecido. Al final de la celebración una mujer muy pobre se acercó a mí, me pidió información sobre cómo fue elegido el Papa, le hablé de la fumata blanca, los cardenales, el cónclave. Me interrumpió y me dijo: escucha Bergoglio, cuando seas papa acuérdate de comprar un perro pequeño.”, prosigue.
“Le respondí que difícilmente me convertiría en Papa, y si es así, por qué debería tener un perro. Porque cada vez que te encuentras comiendo – esa fue su respuesta – dale un pedacito a él primero, si está bien entonces sigue comiendo”, indica.
“¿Eso es lo que piensa la gente del Vaticano?”, cuestiona el entrevistado. El Papa afirma que obviamente fue una exageración. “Pero dio cuenta de la idea que el pueblo de Dios”, los pobres entre los pobres, “tenían de la Casa del Señor atravesada por profundas heridas, luchas internas y malversación”.
¿Está solo el Papa en el Vaticano?
Chiocci sostiene que el Papa pareciera solo dentro del Vaticano, aunque si “tiene a su lado a casi todos los observadores y fieles”.
El Papa afirma que ha pensado en la soledad y llegó a la conclusión “de que hay dos niveles de soledad: uno puede decir, me siento solo porque los que deberían colaborar no colaboran, porque los que deberían ensuciarse las manos por los demás no lo hacen, porque no siguen mi línea o cosas así, y esta es una soledad, digamos… funcional”.
“Luego – continuó – hay una soledad sustancial, que no siento, porque he encontrado a tanta gente que arriesga su vida por mí, que pone su vida en juego, que lucha con convicción porque sabe que tenemos razón y que el camino tomado, incluso entre mil obstáculos y resistencias naturales, es el correcto. Ha habido ejemplos de malos negocios, de traiciones, que lastiman a los que creen en la Iglesia. Estas personas ciertamente no son monjas de clausura”.
El director de la agencia de noticias italiana, Adnkronos, narra de un Papa que no sabe si ganará o no la batalla. Pero que está seguro de una cosa: “Sé que debo hacerlo, he sido llamado a hacerlo, entonces será el Señor quien dirá si he hecho bien o si he hecho mal. Sinceramente no soy muy optimista (sonríe) pero confío en Dios y en los hombres fieles a Dios”.
Las críticas al Papa
En el marco de las criticas contra Francisco por temas que van desde las uniones civiles hasta el acuerdo con China. Chiocci rememora que el cardenal italiano Ruini afirmó que “criticar al Papa no significa estar en su contra”. El Papa respondió: “No estaría diciendo la verdad, y estaría equivocando tu inteligencia si te dijera que la crítica te dejan bien”.
“A nadie le gustan, sobre todo cuando se les da una bofetada en la cara, cuando duelen si se dicen de mala fe y con malicia. Con la misma convicción, sin embargo, digo que la crítica puede ser constructiva, y así lo tomo todo porque la crítica lleva a examinarme, a hacer un examen de conciencia, a preguntarme si me equivoqué, dónde y por qué me equivoqué, si hice bien, si hice mal, si pude hacerlo mejor”, afirma.
“El Papa escucha todas las críticas y luego ejerce el discernimiento, para entender lo que es bueno y lo que no. Discernimiento que es la guía de mi camino, en todo, en todos. Y aquí – continúa el Papa – la comunicación honesta sería importante para decir la verdad sobre lo que está pasando dentro de la Iglesia. Es verdad que si en la crítica tengo que encontrar la inspiración para hacerlo mejor, ciertamente no puedo dejarme arrastrar por todo lo que escriben sobre el Papa que no es muy positivo”, agrega.
¿Tiene miedo el Papa?
Le preguntaron a Francisco: ¿tiene miedo el Papa? “¿Y por qué debería tenerlo?”, devuelve la pregunta al entrevistado. “No temo ninguna consecuencia contra mí, no temo nada, actúo en el nombre y a favor de nuestro Señor. ¿Soy imprudente? ¿Estoy falto de precaución? No sabría qué decir, me guía el instinto y el Espíritu Santo, me guía el amor de mi maravilloso pueblo que sigue a Jesucristo. Y entonces rezo, rezo mucho, todos nosotros en este difícil momento debemos rezar mucho por lo que está pasando en el mundo”.
Coronavirus y las iglesias vacías
El entrevistador recuerda que el coronavirus arrastra consigo ansiedad, muerte y miedo. Chiocci le pregunta al Papa si no teme que con las nuevas restricciones al culto para evitar contagios, haya repercusiones para la Iglesia.
“No quiero entrar en las decisiones políticas del gobierno italiano, pero le contaré una historia que me ha causado un disgusto: oí de un obispo que dijo que con esta pandemia la gente ‘ha perdido la costumbre’ – lo dijo así – de ir a la iglesia, que nunca más volverán a arrodillarse ante un crucifijo o a recibir el cuerpo de Cristo. Digo que si esta ‘gente’, como los llama el obispo, vinieron a la iglesia por costumbre, es mejor que se queden en casa. Es el Espíritu Santo quien llama a la gente. Tal vez después de esta dura prueba, con estas nuevas dificultades, con el sufrimiento que entra en las casas, los fieles serán más verdaderos, más auténticos, créeme, así será”.
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