Este 18 de octubre Bolivia vuelve a las urnas. Será una instancia clave luego de un proceso de crisis política que se consolidó con la renuncia del expresidente Evo Morales en 2019 y que continuó durante 2020 en medio de la pandemia del coronavirus bajo el mandato de una presidenta interina como Jeanine Áñez.
Los últimos meses y semanas no fueron para fáciles en el país sudamericano. De manera frecuente se han constatado diversos episodios de violencia –aspecto que ha involucrado a diversos sectores políticos- en medio de un tono de debate agrio y agresivo.
Debido a esto, en las últimas horas desde la Conferencia Episcopal Boliviana, en conjunto con Naciones Unidas y la Unión Europea, se emitió un comunicado en el que se aboga por unas elecciones en paz.
Entre otras cosas, en el mensaje se hace referencia al rol fundamental del Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la confianza depositada en este organismo para “unas elecciones creíbles, fiables y transparentes que fortalezcan la institucionalidad y la democracia boliviana”.
“Reconocemos los enormes esfuerzos que ha realizado el TSE y los Tribunales Electorales Departamentales, brindando información que, además, es de libre acceso para la ciudadanía y de las propias misiones de expertos y de observación, tanto nacionales como internacionales, que acompañarán los comicios nacionales”, señala el pronunciamiento con respecto a este organismo.
En cuanto a la información, algo similar se hizo desde Cáritas en Bolivia luego de la publicación de un documento con un resumen de las propuestas de los partidos políticos para las elecciones.
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“Paz y tolerancia”
Por último, tanto la Iglesia como los otros organismos internacionales que firman el pronunciamiento hacen énfasis en el siguiente aspecto:
“Constatamos con preocupación que, pese a estos avances importantes del proceso electoral boliviano, nos encontremos con actitudes de confrontación política y de una creciente violencia entre las distintas representaciones políticas y contra los medios de comunicación. Hacemos un llamado urgente a todos los actores políticos, en especial a los candidatos y a sus militantes y simpatizantes para que contribuyan al clima de paz y tolerancia que debe primar en este momento tan crucial e histórico para la vida democrática del país”.
Es por eso que al final se recuerda que “con la violencia no se logrará solucionar los grandes retos y desafíos que tiene la democracia boliviana”, por lo que una vez más la respuesta está en la capacidad de diálogo y concertación.
Este comunicado en conjunto se suma a otras expresiones vertidas desde la Iglesia en los últimos días con el ánimo compartido de que las elecciones sean “libres, en paz y democracia”.
Así lo ha manifestado, por ejemplo, la Pastoral Social Caritas (PASOC) y la Pastoral Universitaria. Lo propio el arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, quien convocó a los ciudadanos a expresar un “voto libre, secreto, consciente y responsable”.
Lo que acontezca en Bolivia este 18 de octubre será seguido con mucha atención en el resto de América Latina, continente sacudido en los últimos años y escenario de múltiples manifestaciones sociales, pero con la esperanza siempre intacta en que pueda primar el bien común.
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