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El “Habeas Corpus”, el principio católico que se ha puesto de moda

KOBIETA, WIĘZIENIE
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John Burger - publicado el 10/09/20
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Las reformas del Papa Gregorio VII impulsaron la formación de las leyes de los estados europeos. Gracias a eso tenemos algunos derechos

La “ley” evoca una serie de imágenes y emociones, muchas de ellas negativas:

“Va contra la ley.”

“Hay demasiadas leyes”.

“Muy pronto será ilegal pensar por ti mismo”.

Pero es igualmente cierto que la ley está ahí para proteger a quienes viven bajo ella. Es mucho mejor estar en una sociedad que vive bajo el imperio de la ley que el imperio de la fuerza o el imperio de la jungla.

P. Andrew Pinsent, escribiendo en el Catholic Herald, quiere recordarle al mundo que muchos de los bienes que disfrutamos en la vida han sido protegidos y promovidos por la Iglesia a lo largo de los siglos. En “Lo que la Iglesia ha dado al mundo”, el P. Pinsent señala que la Iglesia tuvo mucho que ver con el desarrollo del derecho moderno y muchos conceptos legales que a menudo damos por sentados en la actualidad. Entre ellos, un término que últimamente se utiliza mucho, el llamado Habeas corpus.

¿Y qué es el Habeas corpus? Pues se trata del derecho que tiene cualquier persona que haya sido detenida, de pedir a un juez que determine si su detención ha sido ilegal o no, lo más rápidamente posible. O si se han vulnerado sus derechos, aunque la detención haya sido justificada. Un derecho que no existía en la Antigua Roma, sino que surgió de la sociedad medieval cristiana.

“Las reformas del Papa Gregorio VII (muerto en 1085) impulsaron la formación de las leyes de la Iglesia y los estados de Europa”, escribe Pinsent. “La aplicación posterior de la filosofía al derecho, junto con las grandes obras de monjes como Graciano del siglo XII, produjo los primeros cuerpos legales completos y sistemáticos, en los que se considera que todas las partes interactúan para formar un todo”.

Esta revolución también llevó a la fundación de escuelas de derecho, comenzando en Bolonia (1088), continúa. De ahí surgió la profesión legal y conceptos como “personalidad corporativa”, la base legal de una amplia gama de organismos en la actualidad, como universidades, corporaciones y fondos fiduciarios:

Principios legales como la “buena fe”, la reciprocidad de derechos, la igualdad ante la ley, el derecho internacional, el juicio con jurado, el hábeas corpus y la obligación de probar un delito más allá de toda duda razonable son todos frutos de la civilización y la jurisprudencia católicas.

Antes de esto, podría agregarse, había una rica tradición legal que se remonta a los antiguos egipcios, babilonios e israelitas.

Como dice Wikipedia, el Antiguo Testamento “toma la forma de imperativos morales como recomendaciones para una buena sociedad”.

Una buena sociedad, después de todo, es lo que a todos nos gustaría. Y la ley ayuda a garantizarlo.

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