San Pedro Claver fue un misionero jesuita de España durante el siglo XVII que estaba consternado por la trata de esclavos y las condiciones de vida que tenían.
A diferencia de muchos de sus compatriotas, Claver veía a estas personas como seres humanos, no como animales, merecedores del mismo respeto y dignidad que se le da a cualquier otra persona. Se preocupaba profundamente por ellos y la salvación de sus almas, creyendo que cada uno necesitaba escuchar el Evangelio de Jesucristo.
Sin embargo, no se limitó a hablar de igualdad, creía que sus acciones hablarían más que cualquier palabra. Claver escribió sobre este tema en una de sus cartas, explicando el poder de sus acciones.
No solo trató a cada esclavo con gran dignidad y compasión, sino que también los protegió e intercedió por ellos cuando vio que sufrían abusos. En la biografía del siglo XIX, La vida de San Pedro Claver, el autor explica hasta dónde llegaría Claver por cada esclavo, incluso ofreciéndose en su lugar.
Además de cuidar su salud física y espiritual, san Pedro Claver también se aseguró de que no se desesperaran, a pesar de que su condición era muy difícil.
Sobre todo, San Pedro Claver nos muestra claramente cómo las acciones hablan más que las palabras y si queremos una verdadera igualdad racial en el mundo, primero debemos comenzar con nosotros mismos y cómo tratamos a otras personas con las que nos encontramos a diario.










