“Algunas personas a veces no saben ni cómo tomar la sagrada hostia; algunos pasean y a mitad del camino se la llevan a la boca o desaparecen; otros, no saben si les quedan partículas en las manos o no”, argumentó el padre Teodoro Sosa en una diócesis venezolana
Lo venía pensando hace algunos días. Episodios de inseguridad en el manejo de la hostia consagrada observados en algunos feligreses que asisten a las misas, y una reflexionada lectura a la carta de san Pablo a los Corintios, reafirmó la decisión que anunció este 6 de septiembre, en la parroquia “Sagrado Corazón de Jesús”, en Guarenas, a poco más de treinta kilómetros al este de Caracas.
“A partir de ahora, en esta parroquia no se va a dar la comunión en las manos sino en la boca”, informó el padre Teodoro Ubaldo Sosa. La decisión será puesta en práctica desde este lunes 7 de septiembre, y junto a los diáconos permanentes que le acompañan, la comunión a los feligreses será conferida directamente en la boca. Los feligreses aplaudieron la decisión.
En tono reflexivo también argumentó Teodoro: “Hemos convertido la sagrada comunión, un sacramento que es fundamental para nosotros los cristianos, en algo ‘chévere’, en una moda ‘fashion’, en algo ‘estupendo’, y nos hemos olvidado que es el cuerpo de Jesús Sacramentado”.
Con esta decisión, según reconoció el sacerdote, espera dar un cumplimiento más efectivo a las enseñanzas que los creyentes han recibido a lo largo de la historia por los diferentes Papas y el magisterio de la iglesia. También se podrá evitar profanaciones al Santísimo Sacramento, y prevenir de la Covid-19.
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Misas frente a los edificios del urbanismo
El padre Teodoro es el mismo que, en cumplimiento del normativo establecido por la Conferencia Episcopal Venezolana y la Diócesis de Guarenas en prevención de la pandemia del coronavirus, para evitar aglomeraciones dentro del templo, desde el 19 de marzo, celebra eucaristías frente a los edificios de sus vecinos con la asistencia controlada de feligreses.
“Ante la pandemia de la Covid-19, en nuestra parroquia hemos sido más que bendecidos desde el 19 de marzo de este año (…) hoy nos toca tomar en cuenta algo con respecto a la comunión en la mano”, indicó. “Algunas personas a veces no saben ni cómo tomar la sagrada hostia; algunos pasean y luego a mitad del camino se la llevan a la boca o desaparecen; otros, no saben si les quedan partículas en las manos o no”, argumentó.
“¡Dios es lo más grande que tenemos y la Comunión es lo más grandísimo que tenemos! Porque es reafirmar a Jesús presente. La comunión es el Cuerpo de Cristo y si nosotros como cristianos, no valoramos el Cuerpo de Cristo, otros no lo van a hacer”, expresó resaltando la importancia de este sacramento de la fe católica. Indicó que a nivel mundial “también se han venido intercalando muchas ideas con estas situaciones que pasan hoy en día, y que nos están llevando a relativizar, incluso al mismo Cristo”.
Dijo asumir esta decisión desde su responsabilidad como “servidor y administrador” del misterio de Dios. “Yo soy responsable, como me dice san Pablo a los Corintios: “Hermanos procuren que todos nos consideren como servidores de Cristo y administradores del misterio de Dios”, citó del Nuevo Testamento. Igualmente, agregó: “no juzguen antes de tiempo; esperen que venga el Señor. Él sacará a la luz lo que ocultaban las tinieblas y pondrá en evidencia las intenciones secretas. Entonces cada uno recibirá de Dios la alabanza que se merece”.
Acto de reparación ante las profanaciones
Respecto a esta decisión, el padre Teodoro Sosa, indicó haber conversado con monseñor Gustavo García Naranjo, obispo de la Diócesis de Guarenas, a la que está incardinado, y donde fue ordenado el 11 de mayo de 2002. El prelado le hizo algunas sugerencias relacionadas con la higiene y prevención, y el sacerdote en conversación con el periodista, dijo que las cumple porque “hasta en tres ocasiones durante las ceremonias” se lava sus manos.
En tal sentido, invitó a una ceremonia el jueves 10 de septiembre, cuando se realizará “un acto de reparación” debido “a los sacrilegios que se han cometido en el Cuerpo de Cristo Sacramentado y las profanaciones a los Sagrarios”.
Venezuela es uno de los países que más agresiones directas ha sufrido en contra de lo sagrado. Con frecuencia, los sacerdotes reportan robos en los templos, especialmente la sustracción de hostias consagradas y hasta de los huesos de algunos sacerdotes que fueron enterrados en los cementerios públicos. La responsabilidad, mayormente, recaen sobre algunas creencias de origen africano o cubano, como son la santería, la hechicería y la palería.
Nota de redacción: A propósito de la decisión de este sacerdote venezolano que tiene visto bueno del obispo también te puede interesar un artículo del investigador de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES) Luis Santamaría sobre comunión y satanismo. Ver a continuación:
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