Esta semana, cerca de 24 millones de niños regresaron a clases en México. Las clases no van a ser presenciales hasta que el semáforo de contagio se encuentre en verde (en la actualidad solo uno de los 32 estados del país está en semáforo amarillo; cuatro en semáforo rojo y el resto, 27 estados, apenas en semáforo naranja). Es decir, probablemente hasta el próximo semestre los alumnos no volverán a las aulas.
Mientras tanto, el gobierno mexicano ha tomado la estrategia de las clases on-line y de transmitir contenidos programados por la Secretaría de Educación Pública a través de los canales de la televisión comercial y, para las comunidades más marginadas o alejadas, por radio.
Pero muchos niños no tienen internet, y se calcula que el diez por ciento de los hogares mexicanos no cuentan con televisión. Un grave problema que podría motivar la deserción escolar de hasta 2.5 millones de menores.
Internet y computadora no son parte del menaje de casa de más de la mitad de los pequeños que van a la escuela pública.
Por ello, se comienza a dar en el país un movimiento solidario para que los niños que no tengan internet puedan ir a restaurantes, en horario matutino, y aprovechar sus instalaciones y su conexión a la red para seguir al corriente de sus estudios.
Según informa AnimalMX, a través de redes sociales los propietarios de cafeterías, restaurantes y pequeños negocios ofrecieron apoyar a los estudiantes proporcionando sus instalaciones, conexión a internet, y algunos hasta sus computadoras para que estudiantes de bajos recursos puedan atender sus clases.
“Café Café de Oaxaca”
A través de sus redes sociales, esta empresa que cuenta con cinco sucursales de la ciudad de Oaxaca y una en la Ciudad de México y que se dedica al tostado y preparación de café en alianza con pequeños productores de la región sur y suroeste del país, ofreció a estudiantes sin internet la oportunidad de estudiar en sus instalaciones.
“¿Tienes clases en línea y no tienes internet? No te preocupes, en Café Café hay una mesa para ti. Ven a cualquiera de nuestras sucursales y utiliza nuestra red, sin costo”, dice la publicación de Café Café en redes sociales.
“Decidimos sacar esta publicación porque el fin de semana llegaron unos chicos que tenían que hacer su examen de admisión a la preparatoria a través de una plataforma en línea, pero en sus casas internet era inestable”, contó Emilio Hernández al portal Animal MX
Hernández es uno de los dueños de Café Café y director del Centro de Imaginación Oaxaca, un laboratorio de innovación social.
“Algo que nos gusta hacer y que hemos descubierto que sucede alrededor de una taza de café es compartir, y ante la situación actual hemos entendido los distintos retos que enfrentamos, y creemos que la solución está justamente en compartir”.
Por ello han decidido reservar mesas exclusivamente para estudiantes sin recursos ni internet que acudan a sus instalaciones.
“En todas nuestras sucursales hay internet de alta velocidad, sillas y mesas que si bien no pueden ser aprovechadas por nuestros clientes, en estos momentos pueden servirles como espacio de trabajo a jóvenes estudiantes que no tienen acceso a esta infraestructura”, comentó Hernández en entrevista para AnimalMX.
Los estudiantes pueden acudir desde las 8:00 a 17:00 horas, siempre acompañados por un adulto. Máximo debe haber dos niños y un adulto por mesa. Las mesas están sujetas a disponibilidad ya que debido a la contingencia deben conservar la sana distancia. Además de ofrecerle un lugar a los estudiantes Café Café Oaxaca busca que sus clientes se unan a la causa.
“Pensamos también extender a nuestros clientes que gusten compartir sus conocimientos o que gusten apoyar asesorías educativas para los niños que asistan. También los invitamos a replicar estos modelos cerca de sus casas si es posible, ya que lo que importa en este momento es que los niños tengan acceso a la educación y que no sea una pérdida total el año escolar”, puntualizó Hernández.
Casa Azteca
Otro restaurante que se ha unido a esta iniciativa, que seguramente va a seguir creciendo como la espuma en México donde la solidaridad todavía existe a flor de piel, sobre todo cuando se trata de la educación de los niños, es la Casa Azteca.
Situado en una de las colonias más tradicionales de la Ciudad de México, la Colonia San Rafael, Casa Azteca es una Asociación Civil que se dedica a apoyar a pequeños productores de destilados de agave, principalmente mujeres.
Laura Noguera, su directora, comentó a AnimalMX: “Vi en los medios que los niños por el problema del Covid-19 tienen que estudiar en línea, y pues obviamente hay muchas colonias donde los niños no cuentan con internet y mucho menos con una computadora. Como yo tengo tres laptops se me ocurrió ponerlas a disposición de estos pequeños”.
En Casa Azteca, el horario para que los niños utilicen las computadoras y el internet es de lunes a miércoles de 12:00 a 18:00. Las mesitas están ubicadas en el patio y tienen como dos metros de distancia entre sí, así que es muy seguro.
“Esperamos que esto se replique y la gente que puede abra su garaje, y le brinde a los niños que lo necesiten el internet y una computadora, porque lo que el país necesita es educación y cultura, no ignorancia”, señaló Noguera.
El chef Núñez se pone a disposición
También ha puesto su parte el reconocido chef mexicano Edgar Núñez, creador de “la cocina vegetal mexicana” quien puso a la disposición de estudiantes sin internet sus restaurantes ubicados en la Ciudad de México, el Sud 777 y el Comedor Jacinta.
“Vi en las noticias a unos niños sentados en el parque buscando internet para poder hacer su tarea y se me ocurrió, porque nosotros aquí en el restaurante no usamos internet ni las instalaciones en las mañanas, entonces en esos horarios pueden venir chicos o profesores para utilizar internet y las instalaciones”, dijo Núñez a AnimalMX.
Otros restaurantes en el interior de la República Mexicana se están sumando a esta iniciativa que muestra que el humanismo en México –no obstante los récords de asesinatos que se han estado viviendo en estos últimos meses—sigue siendo un tesoro acumulado del país.
Una moneda de cambio que puede hacer que, al término de la pandemia, las cosas no sigan igual que como estaban.
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