“Las mujeres serán afectadas de forma desproporcional por el aumento de desempleo, pobreza, y sobrecarga de cuidados, especialmente en los hogares de quintiles más pobres”.
Estas palabras, que hace referencia a las mujeres latinoamericanas, forman parte del mensaje emitido en las últimas horas por la Comisión Económica para América Latina (Cepal) en conjunto con ONU Mujeres y que hacen referencia a los impactos de la pandemia.
En ese sentido, a través de un documento (ver completo aquí) que hace referencia a los sistemas integrales de cuidados (aspecto que hace referencia, por ejemplo, a niños, personas con discapacidades y ancianos), se pide a los gobiernos de la región a colocar a los cuidados en el centro de respuestas al COVID-19, así como a la generación de iniciativas en el entendido de que podrían convertirse en motor de recuperación socioeconómica.
“La crisis del COVID-19 debe transformarse en una oportunidad para fortalecer las políticas de cuidados en la región, desde un enfoque sistémico e integral (…) Esta es la única manera de afrontar con éxito las diversas consecuencias e impactos económicos y sociales causados por la pandemia, y lograr reconstruir con mayor igualdad y sin dejar a nadie atrás”, señaló Alicia Bárcena, secretaria ejecutiva de la Cepal durante el lanzamiento del documento, reproduce una nota publicada en la web del organismo.
También se expresó María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujerespara las Américas y el Caribe, quien indicó lo siguiente:
“La inversión en políticas de cuidados genera un triple dividendo ya que, además de contribuir al bienestar de las personas, permite la creación directa e indirecta de empleo de calidad y facilita la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo lo que supone un retorno de ingresos para el Estado vía impuestos y cotizaciones y una mayor renta para las personas. Si los gobiernos no se toman en serio la necesidad de fortalecer sistemas de cuidados con corresponsabilidad, esta crisis puede dejar a muchas mujeres fuera de la economía y sin poder ejercer sus derechos económicos y sociales”.
Pobreza, desempleo, sobrecarga….
No obstante, además de lo vinculado a la necesidad de trabajar más en pos de los equilibrios con respecto al trabajo de cuidado, en el mensaje, en particular en lo expuesto por Bárcena, se indican algunos aspectos que tienen que ver con la afectación de la pandemia en la vida de las mujeres de América Latina.
- Por un lado, estiman, que “la tasa de pobreza de las mujeres aumentaría un 37.4%, siendo que la tasa de desocupación femenina alcanzará 15.2%”.
- Por otro lado, que “más de la mitad de las mujeres están ocupadas en sectores de alto riesgo de ser afectados por la concentración económica”.
- Y también que “la sobrecarga de trabajo no remunerado que recae sobre las mujeres es un obstáculo para su autonomía”, siendo un aspecto que incide “especialmente en las mujeres más pobres”.
Por esto, debido a los nuevos desafíos que presenta la pandemia de cara al futuro, tanto desde Cepal como ONU Mujeres se dejan también expuestas algunas recomendaciones con especial destaque en que los servicios de cuidados sean considerados prioritarios, “garantizando su realización de manera segura durante el período de confinamiento”.
Y también se promueve lo siguiente:
“Expandir la protección de las personas que desempeñan tareas de cuidado tanto de forma remunerada como no remunerada; invertir en infraestructura de cuidados, en tecnología y sistemas de transporte que ahorren tiempo; e integrar la economía del cuidado en la planificación, diseño e implementación de las políticas macroeconómicas, entre otras”.
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