Pocos viajeros conocen esta obra que Gaudí realizó fuera de Barcelona y que integra la mano del hombre en la Naturaleza. Las obras de Gaudí siempre son un regalo, para los sentidos y para el espíritu. En este caso se trata de una intervención menos conocida y más alejada de la habitual ruta turística de Barcelona, donde se encuentran la Sagrada Familia, el Park Güell, la Casa Batlló, la Pedrera, el Palau Güell…
Para llegar a los Jardines de Can Artigas, el viajero ha de desplazarse hasta los Pirineos, a La Pobla de Lillet, que queda a pocos kilómetros del parque natural Cadí-Moixeró. Está a 1 hora y 40 minutos de Barcelona y es un lugar ideal para una excursión familiar que combina naturaleza y arte.
Una obra hecha en agradecimiento
La razón de por qué Gaudí construyó estos jardines estriba en que en 1905 tuvo que viajar a La Pobla de Lillet para construir el chalé de Catllaràs (1905). Su mecenas, Eusebio Güell, le encargó este edificio para que fuera refugio y vivienda de los ingenieros que debían permanecer largas temporadas en Casteller de N’Hug, donde se encontraban las minas de carbón que abastecían la fábrica de cemento portland Asland, propiedad del conde de Güell.
Mientras Gaudí trabajó en este proyecto se alojó en la casa del industrial Joan Artigas. En agradecimiento, Gaudí decidió regalarle el diseño de unos jardines en un terreno que era propiedad del empresario: la Fuente de la Magnesia, que se encontraba a unos pocos kilómetros al norte del pueblo y por el que pasaba el río Llobregat.
Eran los años 1903-1906 y Gaudí ya era famoso. Llevaba más de 15 años construyendo la Sagrada Familia, había firmado la Casa Calvet y la Casa Vicens, había hecho la reforma de la Finca Güell en la zona de Pedralbes… y había ido a vivir al Park Güell, un proyecto de urbanización residencial que integraba casas y jardines.
En los jardines de Can Artigas aplicaría muchos de los elementos que había empleado en el Park Güell: la piedra seca, el arco catenario, el trencadís, las formas orgánicas… Incluso envió a La Pobla a albañiles que habían trabajado en el Park Güell y conocían las técnicas.
Puntos de interés
En el paseo por los jardines, el viajero puede ver:
- la Glorieta, situada en el punto más alto, que sirve como mirador. En el camino, Gaudí realizó unas serpientes con conglomerado.
- la Cueva, donde originariamente se encontraba la Fuente de la Magnesia. Ahí son visibles los arcos catenarios.
- la Cascada, en la que Gaudí configura un “trencadís”, una especie de puzzle con fragmentos de piedras y añade decoración vegetal a partir de hierro revestido de cemento.
- la Font del Bou (fuente del Toro, en referencia al evangelista san Lucas).
- el Merendero.
- el Puente de los Arcos, dos de ellos con una figura masculina y femenina respectivamente.
Simbolismo religioso
La fe de Gaudí es patente en los Jardines de Can Artigas: la mano del hombre se integra con los elementos de la Naturaleza creada por Dios: el río la montaña, las plantas, la luz…
También hay algunos elementos escultóricos religiosos: son los cuatro evangelistas representados como león (san Marcos), el ángel de san Mateo (hoy desaparecido), el águila de san Juan (en el Puente de Arco Cojo) y el toro de san Lucas. Las cuatro esculturas formaban una cruz.
Los Jardines de Can Artigas, como la mayoría de las obras de Gaudí, han sido redescubiertos a posteriori por el público. La familia Artigas se trasladó a vivir a Barcelona en la década de los 50 y el jardín quedó abandonado. Sin embargo, en 1971 un artículo subrayó su autoría y en 1992 la Cátedra Gaudí que dirigía el experto mundial Joan Bassegoda Nonell dirigió la restauración. Las esculturas actuales son de Ramon Millet Domènech.
Los Jardines son hoy de titularidad municipal y están abiertos al público.
El Chalé de Catllaràs en la actualidad
Para los amantes de Gaudí, el viaje puede completarse con la visita al “Xalet de Catllaràs”, que hoy es un refugio de montaña. En él puede verse el uso del arco catenario para la estructura del edificio, que así soporta mejor las cargas. También es original la construcción de las ventanas, que quedan más protegidas de la nieve. En cambio, ha desaparecido la doble escalinata que daba acceso desde el exterior a las plantas superiores.
Monasterio de Santa María de Lillet
Otro punto de interés en La Pobla es el Monasterio de Santa María de Lillet, de origen románico, que ha sufrido numerosas transformaciones a través de los siglos. El día de san Isidro se celebra una misa y los panecillos bendecidos se reparten entre los asistentes.
*La Pobla de Lillet dispone de Oficina de Turismo. Puedes acceder al enlace clicando aquí.
**Para llegar a los Jardines, puedes viajar en coche o hacer el último kilómetro en el Tren del Climent, que sale de La Pobla de Lillet.
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