La pionera intervención quirúrgica tuvo lugar en el hospital Bambino Gesú del VaticanoEl Papa Francisco ha bautizado a las dos niñas gemelas siamesas centroafricanas, que nacieron unidas por la cabeza, después de que hubieran sido separadas con éxito gracias a una compleja operación quirúrgica, realizada por el hospital pediátrico del Vaticano.
El pontífice ha querido de este modo apoyar los grandes sacrificios de la madre, Hermine Nzotto, que ha dejado su país natal, la República Centroafricana, para dar esperanza médica a sus hijas en Roma, así como al equipo médico del Hospital Bambino Gesú, que ha realizado una operación aplaudida por la comunidad científica mundial.
La noticia del Bautismo ha sido confirmada en Twitter por Antoinette Montaigne, política centroafricana, antigua ministra de Comunicación de su país, comprometida hoy en la Academia para la Paz, quien ha publicado una foto del sacramento, en la capilla de la residencia Santa Marta, en la que el Papa Francisco aparece con los ornamentos litúrgicos.
Après leur séparation chirurgicale réussie à la pédiatrie du Vatican Bambino Jésus, le Pape a baptisé les jumelles Centrafricaines hier à Rome. pic.twitter.com/6v4Df7nzq4
— Antoinette MONTAIGNE (@Banzekaa) August 7, 2020
En la foto puede verse, entre otros, a Hermine y al doctor Carlo Marras, responsable de Neurocirugía del Hospital Niño Jesús y del equipo médico encargado de la operación de las pequeñas gemelas, llamadas Ervina y Prefina.
Mariella Enoc, presidenta del Hospital Niño Jesús, conoció a las pequeñas en julio de 2018, cuando acababan de nacer, durante una misión que realizó en Bangui, la capital de la República de Centroáfrica, para dar seguimiento a las obras de ampliación de un centro pediátrico creado por deseo del Papa Francisco.
Enoc no podía abandonar a las gemelas a su suerte, pues científicamente hubieran muerto antes de cumplir los diez años.
“Cuando se encuentran vidas que pueden salvarse, hay que hacerlo. No podemos mirar para otro lado”, declaró, Mariella Enoc, en la rueda de prensa en la que se anunció el éxito de la operación de separación, el 7 de julio pasado.
La mamá de las gemelas, en esa misma rueda de prensa, declaró: “Ervina y Prefina han nacido dos veces. Si se hubieran quedado en África, no sé cuál hubiera sido su destino. Ahora, que han sido separadas, quisiera de todo corazón que las bautizara el Papa Francisco, que siempre se ha preocupado por los niños de Bangui”.
La complejidad de la separación de las pequeñas gemelas exigió un año de preparación, utilizando las más avanzadas tecnologías de simulación quirúrgica. Fueron necesarias tres operaciones sumamente delicadas. La última, la separación definitiva, tuvo lugar el 5 de junio, operación que duró 18 horas, con la participación de 30 personas, entre médicos y enfermeros.
Tras la operación, las niñas han seguido siendo atendidas en el departamento de Neurocirugía del Hospital Niño Jesús, donde tienen su habitación con dos camitas, acompañadas por la mamá.
Al anunciar el éxito de la operación, el doctor Carlo Marras reconoció: “Era un objetivo ambicioso y hemos hecho todo lo posible para alcanzarlo, con pasión, optimismo y alegría. Compartiendo cada paso, estudiando todo mínimo detalle”.