Quito es sinónimo de Ecuador, pero también de iglesias y lugares de fe. No en vano esta capital sudamericana también es conocida como “Carita de Dios”, siendo la belleza uno de los impulsores de tal denominación, entre otras.
En ese sentido, el Centro Histórico de Quito ofrece la oportunidad de deleitarse con la majestuosidad de diversas estructuras religiosas, algo que en definitiva representa un legado de riqueza espiritual y cultural para América Latina.
Pero este 2020, tiempo de crisis por la pandemia del coronavirus, también ha sido sinónimo de restauración a pesar de todas las restricciones y cuarentenas.
Un ejemplo de esto es lo que sucede en la famosa Iglesia de San Francisco, donde capillas como la de la Virgen del Pilar está siendo restaurada para lucir próximamente con mayor esplendor. Fue en este lugar donde, junto al altar mayor de la iglesia, consigna El Comercio, los encargados de este trabajo se encontraron recientemente con relicarios con pequeños huesos de mártires y santos.
También se recuerda que las obras habían sido suspendidas en el mes de marzo debido a la pandemia, virus que de momento ha dejado en Ecuador más de 68.000 casos confirmados y más de 5.000 fallecidos. Gracias a la flexibilización de algunas medidas, las obras pudieron volver a empezar.
“Reforzamiento”
En pos de mejorar la arquitectura religiosa del Centro Histórico es que desde el Instituto Metropolitano de Patrimonio se ha anunciado el trabajo en los conventos “San Diego, Santa Catalina, Santa Clara y La Concepción y en la Unidad Educativa Franciscana San Andrés”.
En estos sitios se están realizando tareas de preservación de madera e iluminación, entre otros.
“Estas obras son necesarias para la salvaguarda del Patrimonio, como parte del fortalecimiento de la Identidad Cultural del Distrito Metropolitano de Quito. De esta manera, continuaremos retomando progresivamente las obras y proyectos para el cuidado, así como la conservación de la memoria histórica de la ciudad”, se dice en un comunicado del Instituto Metropolitano de Patrimonio (IMP).
“Para estas intervenciones el IMP ha implementado un estricto control de bioseguridad con el personal técnico, cumpliendo con los protocolos de bioseguridad y procedimientos de trabajo seguro del IMP, planes de gestión de riesgos en obras aprobados y con las normas establecidas el municipio, el COE Metropolitano y Nacional y la OMS”, se concluye.
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