La semana pasada el sitio web del Departamento de Administración del gobierno de Carolina del Norte (Estados Unidos) tuvo que cerrar por la gran cantidad de consultas que estaba recibiendo.
No eran ofertas de trabajo ni consultas sobre el nuevo esquema de normalidad sobre el cual han de operar estos días las oficinas públicas de esa entidad estadounidense, como podría ser propio de la pandemia y el confinamiento.
Las consultas tenían que ver con el Aviso de Intención al Departamento de Administración estatal sobre las normas, los procedimientos y las posibilidades de establecer una escuela en el hogar y de hacer homeschooling en el territorio de Carolina del Norte.
Según informa el North State Journal el sitio web alrededor de las 9:20 pm decía: “El sistema no está disponible actualmente debido a una presentación abrumadora de Avisos de Intención. Volverá a estar en línea lo antes posible. Pedimos disculpas por cualquier inconveniente mientras trabajamos para procesar los avisos lo más rápido posible”.
De hecho, el movimiento de educación en el hogar ha crecido exponencialmente en las últimas dos décadas en Carolina del Norte, ahora con más estudiantes de educación en el hogar que estudiantes de escuelas privadas. Pero la cuestión va mucho más allá por el tiempo pasado en casa por el coronavirus.
¿De qué se trata?
La educación en el hogar se define como la educación de los niños en su casa o en una variedad de lugares distintos de la escuela establecida. En la mayor parte de los casos, son los padres, un tutor o un maestro en línea los que fungen como profesores de los pequeños.
Antes de la pandemia, era una corriente que obedecía a dos motivos, principalmente: la desconfianza en los sistemas locales de educación y el deseo de los padres de ser parte activa en la educación y los valores inculcados a sus hijos.
La pandemia provocada por la Covid-19 y la absoluta necesidad de todas las familias de que sus hijos completen el resto del curso escolar (suspendido entre marzo y julio) por tele educación, ha abierto los ojos a muchos de que educar en casa es posible e, incluso, deseable.
También, evidentemente, ha contribuido a elevar el número de homeschoolers en todo Estados Unidos y en muchos países más, el factor económico: la contracción económica y el desempleo, así como las condiciones sobre las cuales se desarrollará “la nueva normalidad” hacen del homeschooling algo más que una mera alternativa.
Un crecimiento que viene de más lejos
Si bien es cierto que la pandemia ha hecho colapsar sistemas como el de Carolina del Norte y ha aumentado las peticiones de hacer homeschooling, también lo es que esta tendencia se estaba posicionando previamente a la Covid-19.
El movimiento del estudio independiente ha experimentado un crecimiento sostenido en los últimos años en Estados Unidos y se prevé que el fenómeno crezca de forma exponencial a raíz de los encierros obligatorios y la crisis del coronavirus.
“Con toda esta crisis, la gente va a entender mucho mejor lo que es la educación a distancia y los beneficios que conlleva. Creo que a partir de ahora habrá mucho más respeto y entendimiento sobre lo que significa, lo cual me parece fantástico”, declaró a Yahoo Finanzas, Amir Nathoo, presidente de Outschool, una startup con sede en San Francisco que ofrece clases por internet.
Mientras miles de compañías se han visto obligadas a despedir a un porcentaje importante de sus plantillas, Outschool atraviesa, probablemente, por el mejor momento de su historia. El tráfico hacia su página de internet se ha duplicado en los últimos días y la cantidad de estudiantes registrados ha crecido 37.5 por ciento en solo un fin de semana.
Los maestros, por fin podrán ganar más
Además, en Outschool están buscando a 5.000 profesores para poder cubrir la demanda, lo cual ha convertido al homeschooling, también en California, en una extraordinaria oportunidad para los profesores que se han visto desplazados de sus centros de trabajo.
En efecto, además de las familias, los otros grandes beneficiados con este método de enseñanza son los profesores. Nathoo explicó al mismo portal que algunos profesores están ganando hasta 10.000 dólares al mes dando clases y que para muchos otros se ha convertido en un trabajo fijo.
En este sentido, el portal de Finanzas de Yahoo refiere el caso de Erin Girard, docente y madre de dos homeschoolers que se sumó a la corriente de las clases a distancia hace 19 meses y dice que le ha cambiado la vida. “La educación online es el futuro, claramente”, dijo Girard.
Hoy celebramos a...