Como profesora de relaciones internacionales, Donna Hicks cuenta a sus estudiantes historias de un mundo repleto de conflicto y reconciliación, unos asuntos serios que sus estudiantes afirman no haber abordado nunca antes o atendido con tanta profundidad.
Una clave para resolver estas crisis internacionales, que pueden verse incluso a un nivel micro en cualquier sociedad, es reconocer la dignidad inherente de toda persona, en especial los futuros líderes del mundo, explica Hicks. La profesora participó en la reunión de primavera de 2017 organizada por el Instituto IECO en el Campus de Harvard de Cambridge, Massachusetts, donde Hicks es asociada en el Centro Weatherhead de Relaciones Internacionales.
El reconocimiento de esa dignidad inherente, el “nivel más interno y profundo de lo que significa ser un ser humano”, se ha ignorado durante demasiado tiempo, declaró la experta. Al responder a la pregunta “¿Qué falta en la educación de los futuros líderes?”, Hicks dijo que sus estudiantes siempre le dicen que se preocupan por “cuestiones humanas más profundas”.
Identificándose con un concepto de Sir Ken Robinson según el cual los seres humanos viven en dos mundos, el mundo alrededor y el mundo interior, Hicks afirma que sus estudiantes, de forma innata, “quieren entender lo que significa ser humano”. Buscan algo más profundo que el autoconocimiento sobre sus propios deseos individuales, recalcó. Según Hicks, la educación ha enseñado a los estudiantes de hoy día mucho sobre el mundo a su alrededor, pero no cómo entender ese “mundo de dentro”.
“¿Qué es este mundo interior nuestro? Es muy privado –muy hondo, muy presente en nuestras vidas– y aun así sabemos poquísimo sobre él”, manifestó Hicks.
Sus jóvenes alumnos quieren mirar más allá de la diversidad y la diferencia (que Hicks dijo que ya se ha discutido durante tres décadas) y centrarse en la “humanidad compartida” del mundo, de qué manera “somos semejantes” y explorar los valores, deseos y dignidad comunes. Hicks sostiene que la sabiduría de Emerson, que dice que lo que yace detrás de nosotros y ante nosotros son “cuestiones diminutas” en comparación con “lo que yace en nuestro interior”, sigue siendo fundamental en sus esfuerzos.
“Estos aspectos emocionales (…) profundos de nuestra humanidad compartida (…) no se han explorado”, aseguró la experta. La psicología también ha desatendido durante mucho tiempo el entendimiento de las emociones en relación con la mente humana y la experiencia humana, unos temas que Hicks afirmó que se están empezando a estudiar ahora después de ser ignorados durante décadas.
La neurociencia muestra que los humanos reaccionan siguiendo las mismas formas predecibles, “en especial bajo situaciones de amenaza emocional”, como cuando “la dignidad se ve amenazada”, explicó Hicks. El mayor riesgo yace en no comprender estas “formas predecibles”, recalcó.
“Tenemos muchísimos conflictos (…) porque hemos fracasado. Nuestro sistema educacional no ha logrado ayudar a las personas a entender y [cómo] navegar por (…) ‘el mundo de dentro’”, afirmó Hicks.
Cuando Sócrates dijo “Conócete a ti mismo”, se refería a comprender la experiencia humana y no “pequeñas cualidades particularistas individuales”, matizó.
A través de su trabajo y su proyecto educativo con jóvenes en torno a la dignidad –entender lo que significa, cómo afecta a la vida diaria–, Hicks se esfuerza por enseñar a los estudiantes que pueden “usar el poder interior de su propio valor y mérito como fuente” para crecer en resiliencia.
Cuando los estudiantes “entiendan que su dignidad está en sus manos”, se recuperarán de cualquier cosa en la vida. Hacer que los niños y estudiantes entiendan su valor y mérito –en cualquier circunstancia– es el “mejor currículum anti-bullying que podemos ofrecer”, concluyó Hicks.
Hoy celebramos a...