En estos días se pudo ver una de las imágenes más llamativas desde que estalló la crisis de la pandemia del coronavirus en Brasil. La famosa playa de Copacabana (Río de Janeiro) amaneció con cientos de tumbas cavadas en la arena para homenajear a las víctimas de la pandemia en ese país y a modo de protesta contra las autoridades en el actual manejo de la situación.
Lo que sucede con Brasil no deja de sorprender y cada día parece que el virus volviera a desafiar a quienes ahí habitan. Lejos de posturas con respecto a decisiones adoptadas, la realidad –en base a cifras dadas a conocer en las últimas horas- indica que Brasil ha desplazado a Reino Unido y se ha convertido en el segundo país a nivel mundial con más muertes por coronavirus.
En ese sentido, los números fríos hablan de más de 43.000 fallecidos, siendo casos positivos más de 870.000 hasta este 15 de junio (aspecto que lo aproxima al millón de personas y llevando a Brasil no solo a ser el segundo en cuanto a muertes, sino también cerca de ser el segundo más afectado a nivel mundial).
Por lo pronto, a nivel regional, Brasil lleva semana como epicentro de la pandemia y ha levantado todas alertas entre sus vecinos (un país que comparte fronteras con toda Sudamérica a excepción de Chile y Ecuador).
En cuanto a estados, el más afectado es San Pablo, lugar en el que comenzaron a otorgarse flexibilizaciones a la cuarentena.
Otras de las imágenes potentes en estos días, la de cementerios al límite (Manaos, Amazonía) o la propia situación vinculada al sistema sanitario.
Arzobispo de Manaos lleva consuelo a familiares de víctimas (imágenes):
Una vez más la pregunta sigue siendo la misma: ¿habrá alguna luz al final del camino?
En este momento parece no visualizarse. No obstante, también son muchas las personas que están trabajando para tratar de ayudar a los más afectados en medio de esta pandemia. Un claro ejemplo es lo que sucede a nivel de organizaciones de iglesias y diversas iniciativas que han sido publicadas en Aleteia.
Pero Brasil seguirá siendo noticia. Ojalá prono todo empiece a cambiar y la luz ganarle a la oscuridad. Para ello -una vez más- impera seguir los consejos del papa Francisco y poner la mirada sobre Nuestra Señora de Aparecida en esta hora tan compleja.
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