El arzobispo de Los Angeles advierte: Hace falta una reflexión sobre el racismo en el país, la violencia no es la solución
El brutal asesinato de George Floyd a manos de cuatro agentes de la policía de Minneapolis (EE.UU.) ha incendiado las calles del país, provocando protestas y disturbios que han llegado hasta las mismas puertas de la Casa Blanca. Pero sobre todo, mucho dolor. Mucha frustración, porque el racismo sigue siendo un problema a resolver.
“Todos deberíamos entender que las protestas que estamos viendo en nuestras ciudades reflejan la frustración y la ira justificadas de millones de nuestros hermanos y hermanas que incluso hoy experimentan humillación, indignidad y oportunidades desiguales solo por su raza o el color de su piel”, afirmaba el arzobispo José Gómez de Los Ángeles.
Pero la violencia es autodestructiva y «no es la solución». «Quemar y saquear comunidades, arruinar los medios de vida de nuestros vecinos, no promueve la causa de la igualdad racial y la dignidad humana», advierte el arzobispo de Los Ángeles.