El poema de amor que la pintora Matilde Plaza dedicó hace años a su esposo, ahora fallecido.
Pepe Simón falleció ayer. Llevaba unos meses muy enfermo y la familia -esposa, hijos, nietos- lo cuidó hasta el último suspiro.
Han sido muchos años de matrimonio los de Pepe con Matilde Plaza. Ella, una artista de la pintura con alma de poeta, le había dedicado hace tiempo unos versos que ahora suenan en toda su plenitud.
Es un sencillo poema, sin título, que guarda la musicalidad de una canción -un apunte de bolero- y habla de algo muy grande: el amor entre los dos.
¿Qué muerte nos separa si tú y yo… somos eternos?¿Si no es muerte, sino vidalo que desde aquí no vemos?¡Si nos vamos a quererpor encima de los siglos, si nos vamos a mirar por encima de los cielos!¿Qué muerte nos va a separar si tú y yo somos eternos?
«Pasó Dios a recogerme»
En el recordatorio del funeral se leen otros versos, escritos también por ella. Están llenos de esperanza y recuerdan que estamos hechos para el cielo:
Pasó Dios a recogermey yo le dije: ¿Nos vamos?Y Él me cogió la mano. Pasó Dios a recogerme y me llené de alegría, tan solo necesitabaentregarle el alma mía.Siento deseos de verte, de descansar a tu lado,de mirarte eternamente y quedarme en tu regazo.

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