Ante crisis de coronavirus, llevan víveres y ayuda económica a estos menores que trabajan en un cementerio de Bolivia para llevar sustento a sus familias.
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El Cementerio General de Sucre es uno de los más famosos de Bolivia. Declarado patrimonio por la Unesco en 2004, llama la atención por sus características neoclásicas y por ser sitio que alberga los restos mortales de personajes históricos.
Pero detrás de estos aspectos que pueden genera cierta curiosidad, más allá de todo lo que tiene que ver con la muerte, también hay dramas que se reflejan en pequeños rostros.
Es ahí donde emergen los denominados “niños del cementerio”, menores que dedican varias horas del día para realizar diversas tareas en el cementerio como limpieza de nichos, cargar agua o simplemente “rezar”. Y todo para llevar el sustento diario a sus familias.
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