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¿Aumentan las adicciones durante el confinamiento?

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María del Castillo - publicado el 10/04/20
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¿Dejo de ser un adicto si me alejo del objeto de adicción?

Ante la atípica situación que vivimos a causa de la pandemia del coronavirus, no todas las personas gestionan igual la situación, ni todos la atraviesan en las mismas circunstancias. Estos días, tener una terraza en casa es sin duda un valor añadido para un hogar en lo que a la higiene mental se refiere. Lo mismo con los pisos orientados al sol, casas con jardín, habitaciones amplias, etc. Todo cuenta a la hora de sobrellevar el confinamiento de la mejor manera posible.

Sin embargo, más allá del aspecto externo del que dispongamos en este periodo, existen aspectos internos que pueden convertir a algunas personas en perfiles especialmente vulnerables al aislamiento. Se trata de los adictos, ya sea a sustancias o conductas. Pero, ¿por qué podría perjudicarles el aislamiento, incluso cuando no estén cerca de sus objetos de adicción?

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Shutterstock | Monkey Business Images

La sobriedad no elimina las adicciones, pero es un paso para conseguirlo

Lo contrario de la adicción, no es la sobriedad, sino la relación. Esta es la clave que nos desveló el psicólogo canadiense Bruce K. Alexander a través de su experimento del parque para ratas. En él, se comprobó que, estando en compañía, los animales son más capaces de escoger la bebida más sana y menos adictiva que cuando se encuentran solos, momento en el que la tendencia a la sustancia nociva se dispara.

Instituciones reconocidas como Alcohólicos Anónimos realizan su trabajo bajo esta misma premisa, con el fin de lograr la desintoxicación de los que acuden a ellas. No es suficiente cortar con el alcohol: caminar en grupo es imprescindible.

Por poner ejemplos más cotidianos, cuando iniciamos una dieta es más fácil seguirla cuando alguien más la sigue con nosotros. Lo mismo ocurre con el consumo de tabaco, o con el abandono de ciertas conductas: la buena compañía (en este caso, la que favorece el cambio del hábito que deseamos eliminar de nuestras vidas) aumentará considerablemente las posibilidades de lograr la victoria.

¿Dejo de ser un adicto si me alejo del objeto de adicción?

Sin duda, para lograr dejar atrás una adicción es imprescindible la sobriedad total durante un periodo largo de tiempo. Solo así se conseguirán frenar los estímulos cerebrales que vuelven a conducir al hábito que queremos abandonar. Nuestro cerebro aprende a repetir los mismos caminos para ahorrar el desgaste energético que supone elegir nuevas opciones cada día. Este ahorro de energía por no tener que tomar nuevas decisiones es interpretado por nuestro cerebro como un factor que facilitará la supervivencia del individuo.

Sin embargo, durante el confinamiento, a pesar de permanecer alejados del objeto de adicción, si no tenemos un buen acompañamiento – y recibimos afecto en diversas formas (mensajes de cariño, videollamadas, etc.) – nuestra adicción no desaparecerá, sino que se canalizará hacia un nuevo objeto de adicción disponible: compulsividad hacia la comida, consumo excesivo de televisión, etc.

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Shutterstock | edacan

En la raíz de toda adicción está la falta de amor

Para entender el mecanismo de una adicción – y la superación de la misma – es imprescindible quitar el foco del objeto que la produjo. Una persona adicta al chocolate no dejará de ser adicto al chocolate por dejar de comerlo, sino que podrá decir que es un exadicto cuando haya conseguido resolver lo que originalmente provocó que utilizara el chocolate como mecanismo de compensación.

¿Por qué buscamos compensar nuestra falta de afecto? Cuando no recibimos afecto, afirmación, atención y aceptación por parte de nuestro entorno, se genera en nosotros un terremoto emocional que – si tiene lugar en repetidas ocasiones – provocará en la persona el sentimiento de que no puede esperar nada buena de los demás, ya que siente que nunca es tenida en cuenta por su parte.

Para romper este ciclo destructivo es imprescindible aprender a solicitar la atención no recibida de forma adulta y madura. Mostrarse débil y pedir ayuda en este sentido es el primer paso para fortalecernos. Solo así, creando una red de amigos y familiares que conozcan nuestras carencias profundas, lograremos ser presas difíciles para cualquier adicción.

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