En el norte de Italia, en la zona foco de la pandemia, en la región de Lombardía, hay historias heroicas de sacerdotes que siguen sirviendo al pueblo de Dios.
Esta mañana, los telediarios y los periódicos del país abrieron con una noticia que se volvió viral: el fallecimiento del sacerdote Giuseppe Berardelli, de 72 años, en la noche entre el domingo 15 y 16 de marzo, en el hospital de Lovere, donde se encontraba recuperándose de problemas de salud que se fueron agravando.
Padre Berardelli es uno de los 16 sacerdotes que han perecido por Covid-19 en la diócesis de Bérgamo, una de las diócesis italianas más golpeadas por la pérdida de consagrados en esta pandemia.
En un primer momento, la versión de un empleado del hospital hizo correr ríos de tinta, pues aseguró que el sacerdote había renunciado al respirador -que le habían donado sus parroquianos cuando se enteraron que tenía el coronavirus – para cederlo a alguien más joven. Algo que fuentes cercanas al sacerdote han aclarado.
En realidad, más allá de la conmoción de la noticia, don Berardelli ya estaba bastante grave para poder usar el respirador, debido a sus condiciones de salud preexistentes y se negó a usarlo.
Así lo confirmó al medio católico CRUX el sacristán, Giuseppe Foresti, de la parroquia de San Juan Bautista de Casnigo, localidad italiana ubicada en la provincia de Bérgamo, en la región de Lombardía.
Igualmente, hoy los parroquianos de padre Berardelli, arcipreste de Casnigo, lo lloran y lo recuerdan cuando martilleaba sus oídos, predicando: “Ámense los unos a los otros…no hay amor más grande que dar la vida por los amigos”.
La integridad y la herencia moral del sacerdote son indiscutibles, así como la dolorosa ausencia que ha dejado en su comunidad.
En este sentido, cabe ponderar que la primera versión del agente sanitario de la Casa de Reposo de San Giusseppe de Casnigo no era exacta, al momento que contó que el sacerdote renunció al respirador del que tenía necesidad, pero no le importó al saber que podía salvar a alguien más. Algo que fue desmentido por fuentes más cercanas al sacerdote fallecido, así como también sostuvo el medio italiano TGCOM24.
Precisamente, en la misa de hoy, en casa Santa Marta, el papa Francisco rezó por los sacerdotes y el personal sanitario que ha muerto, o que pone su vidas en riesgo por ayudar a los pacientes de coronavirus:
“Rezamos por ellos, por sus familias y agradezco a Dios el ejemplo de heroicidad que nos dan al tratar a los enfermos”.
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50 sacerdotes fallecidos
Por su parte, el periódico de los obispos italianos, Avvenire, este 22 de marzo 2020, informó de la cuenta ingrata de los 50 sacerdotes fallecidos durante la pandemia de coronavirus en Italia, el segundo país con el mayor número de contagiados después de China.