Francisco: “Pidamos al Señor la gracia de estar cerca unos de otros; no nos escondamos unos de otros; no nos lavemos las manos de los problemas de los demás”
El papa Francisco está acompañando al pueblo de Dios con la oración celebrando la misa en Casa Santa Marta, en el Vaticano, vía streaming live, por segunda semana.
Hoy insistió para que en “este momento de crisis que estamos viviendo por la pandemia”, de coronavirus las personas muestren más cercanía con los demás: “Nuestro Dios está cerca y nos pide que estemos cerca unos de otros”.
“No podemos, quizás, acercarnos físicamente por miedo al contagio, pero sí podemos despertar en nosotros una actitud de cercanía entre nosotros: con la oración, con la ayuda, con muchas formas de cercanía”, constató.
Francisco rezó este martes, 18 de marzo de 2020, por las personas fallecidas por el Covid-19 en Italia y en el mundo. Especialmente recordó a los médicos, enfermeros y voluntarios que han muerto heroicamente sirviendo en los hospitales, así como a los pacientes. Italia superó los 2503 muertos, es decir 345 en las últimas 24 horas.
“Rezamos hoy por los difuntos. Por aquellos que debido al virus perdieron la vida, de manera especial quisiera que rezáramos por el personal sanitario que ha muerto en estos días; donaron su vida en el servicio de los enfermos”, dijo al inicio de la misa.
El número de pacientes actualmente en Italia, el segundo país del mundo después de China, es de 26.062, esto significa que hubo un aumento de 2.989 casos más respecto al lunes, mientras que ya se han curado y han sido dados de alta 2.941 personas.
Así, el número de contagios totales en Italia desde la detección del brote a finales de febrero es de 31.506, contando los positivos, los fallecidos y las altas, según la Protección Civil.
Ley de Dios
En su homilía, Francisco destacó que la ‘ley de Dios donada a su pueblo’ es el tema común que se encuentra en las dos lecturas del Evangelio de hoy: San Mateo (5,17-19) y Deuteronomio (4,1.5-9).
“Leyes que el Señor ha querido darnos y que Jesús ha querido encarnarla en su máxima perfección”, dijo. Luego, subrayó, el “modo como Dios da la ley”.
Y cita a Moisés Deuteronomio (4,1.5-9): “¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?”.
Cercanía
Francisco explica que el Señor da la ley a su pueblo desde “una actitud de cercanía”, pues no son, argumentó, “prescripciones de un gobernante, que puede estar lejano, o de un dictador. Nosotros sabemos que es una cercanía paterna, que acompaña a su pueblo dándole el don de la ley, del Dios cercano”.
“Nuestro Dios es el Dios de la cercanía, un Dios cercano que camina con su pueblo”, reiteró.
No se trata de un Dios que escribe las prescripciones para el pueblo y sigue su camino por delante; al contrario, las escribe con sus manos, se las entrega a Moisés; no las deja y se va, se queda al lado de su pueblo, cercano.
Francisco refirió que la respuesta de la humanidad, en cambio, es alejarse de Dios, así como se lee en las primeras páginas de la Biblia.
Dos actitudes humanas
“Nos alejamos de Dios, Él se hace cercano y nosotros nos alejamos; la primera actitud de Adán y su esposa es esconderse de Dios, sienten vergüenza porque han pecado, el pecado nos hace escondernos, no querer la cercanía”.
De ahí, indicó que haya una “teología” que piensa en Dios solamente “como un juez”. Una segunda actitud que aleja a la humanidad de Dios es “asesinar a nuestro hermano. ‘Yo no soy custodio de mi hermano’; dos actitudes que cancelan toda cercanía”.
“El hombre rechaza la cercanía de Dios, quiere ser patrón de las relaciones”.
Debilidad de Dios
El Papa señaló que la “cercanía siempre trae consigo alguna debilidad. Dios cercano se hace débil y cuanto más cercano se hace, más débil parece”.
“Cuando viene hasta nosotros para vivir con nosotros, se hace hombre, uno de nosotros, se hace débil y lleva esa debilidad hasta la muerte”.
Jesús “sufre la muerte más cruel destinada a los asesinos, la del pecador más grande; la cercanía humilla a Dios. Él se humilla para estar con nosotros, para caminar con nosotros, para ayudarnos”.
“El Dios cercano nos habla de humildad, no es un gran Dios etéreo, es cercano, es uno de casa. Esto lo vemos en Jesús, Dios hecho hombre, cercano a su discípulos, les acompaña, les enseña, les corrige con amor”.
Pensemos por ejemplo -continuó- en la cercanía de Jesús para con los discípulos angustiados de Emaús. Estaban acongojados, estaban vencidos. Pero Él se acerca para hacerles entender poco a poco el mensaje de vida y resurrección.
“Nuestro Dios está cerca y nos pide que estemos cerca unos de otros, no que nos alejemos unos de otros. Y en este momento de crisis por la pandemia que estamos viviendo, esta cercanía nos pide que la mostremos más, que la visibilicemos más”.
Cercanía en tiempos de pandemia
No podemos, quizás, acercarnos físicamente por miedo al contagio, pero sí podemos despertar en nosotros una actitud de cercanía entre nosotros: con la oración, con la ayuda, con muchas formas de cercanía.
¿Y por qué deberíamos estar cerca el uno del otro? Porque nuestro Dios está cerca, quiso acompañarnos en la vida. Es el Dios de la cercanía.
Por eso no somos personas aisladas: estamos cerca, porque la herencia que hemos recibido del Señor es la cercanía, es decir, el gesto de cercanía.
Pidamos al Señor la gracia de estar cerca unos de otros; no nos escondamos unos de otros; no nos lavemos las manos de los problemas de los demás, como hizo Caín: no. Vecinos. Proximidad. Cercanía.
El Papa concluyó reiterando la pregunta bíblica: “¿Existe acaso una nación tan grande que tenga sus dioses cerca de ella, como el Señor, nuestro Dios, está cerca de nosotros siempre que lo invocamos?”.