En una histórica audiencia general a puertas cerradas, debido a las medidas de prevención del coronavirus en Italia, el Pontífice prosiguió el ciclo de catequesis sobre las Bienaventuranzas
El papa Francisco afirmó que siempre hay sed de verdad y de bondad, incluso dentro del corazón más corrupto, pues también muy dentro de la personas corruptas hay un anhelo de luz escondida bajo las ruinas del engaño y del error.
Lo dijo hoy el Pontífice durante la audiencia general del miércoles, 11 de marzo de 2020, presidida desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano y dedicada al ciclo de las Bienaventuranzas: «Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados» (Mt 5, 6).
“En cada corazón, incluso en la persona más corrupta y lejos del bien, se esconde un anhelo de luz, aunque esté bajo los escombros del engaño y el error, pero siempre hay una sed de verdad y de bondad, que es la sed de Dios. Es el Espíritu Santo quien despierta esta sed: Él es el agua viva que ha formado nuestro polvo, Él es el aliento creativo que le dio vida”, expresó.
«Es la sed de bien y de verdad, que el mal no puede borrar. Es la sed de Dios, suscitada por el Espíritu Santo, que todos llevamos en lo más íntimo de nuestro ser, que san Agustín nos recuerda cuando escribe: «para ti nos has hecho, Señor, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti», agregó.