Como “una oportunidad” que ofrece la Santa Sede a la Iglesia católica de México para reforzar sus procedimientos y la respuesta a las víctimas de abusos sexuales por parte de miembros del clero, han calificado los obispos mexicanos y el nuncio apostólico Franco Coppola la decisión del prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el cardenal Luis Ladaria, de enviar a México a Charles Scicluna, arzobispo de Malta y secretario adjunto de la misma Congregación, acompañado de monseñor Jordi Bartomeu, a una misión de colaboración en México, del 20 al 27 de marzo de 2020.
“Es una misión que busca beneficiar a los más pequeños y vulnerables impulsándonos como Iglesia, y en específico a nosotros como obispos, a continuar custodiando a estos hermanos nuestros”, ha dicho la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) en un comunicado de prensa. “Confiamos en que servirá para mejorar la respuesta a estos casos, buscando la acción de la justicia civil y canónica bajo el principio de ‘tolerancia cero’ para que ningún caso quede impune en nuestra Iglesia”, añadieron.
Los nombres del arzobispo Scicluna y de monseñor Batromeu hicieron, rápidamente, movilizarse a la prensa para escuchar al presidente y al secretario de la CEM, el arzobispo de Monterrey Rogelio Cabrera y el obispo auxiliar de esa misma arquidiócesis, Alfonso Miranda, quienes junto con el nuncio Coppola explicaron los pormenores de esta visita. Scicluna –entre otras investigaciones—fue a Chile en 2018 y retornó a Roma con un grueso expediente de más de sesenta víctimas de abusos sexuales, los que motivó que el papa Francisco pidiera perdón e iniciara acciones legales sin precedentes en la Iglesia chilena.
El problema de los abusos sexuales por parte de miembros del clero en México no ha tomado las dimensiones de otros países, aunque, según la CEM hay 217 sacerdotes que han sido investigados por delitos relacionados tanto al abuso sexual como al encubrimiento. Aunque la CEM y su Consejo Nacional de Protección de Menores (CNPM), aseguran haber procurado luchar “de forma responsable, transparente y clara contra la cultura del abuso y el sistema de encubrimiento que le permite perpetuarse”, el tema no está, ni remotamente resuelto. Por ello y para “acompañar a las víctimas en su dolor, búsqueda de justicia y sanación”, los obispos mexicanos solicitaron el apoyo a la Santa Sede a través de la Nunciatura Apostólica.
Desde el punto de vista de Matteo Bruni, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la misión del arzobispo Scicluna –quien fue el encargado de la investigación que en 2005 encontró culpable de delitos sexuales al sacerdote mexicano Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo– consistirá en un “servicio de asesoría técnica, una ayuda fraterna, un diálogo que ayude a la Iglesia en México a reafirmarse en el camino ya emprendido en la dirección correcta para dar respuesta a los casos de abuso sexual de menores por parte de clérigos”.
En una parte de la conferencia de prensa, el nuncio Coppola dijo que los investigadores más reconocidos del Vaticano vienen a México debido a la “seriedad” que en este país con el segundo mayor número de católicos del mundo tiene el problema de los abusos y encubrimientos por parte de miembros del clero y que, justamente por ello, México se podría convertir en un “buen o mal ejemplo” para otros países de América, continente donde se concentra casi la mitad de los católicos que hay en el mundo.
El presidente de la CEM, el arzobispo Cabrera, detalló que los investigadores gozarán de “absoluta libertad” para entrevistarse con quienes ellos quieran. De hecho, señaló, “nosotros (los obispos) ni siquiera sabremos con quienes van a hablar ni de qué tópicos van a hablar”. Los investigadores darán treinta minutos a aquellos que los quieran visitar en la Nunciatura y se les recomienda que lleven consigo documentos escritos y pruebas de sus denuncias. “Los investigadores con clérigos y víctimas” que se presenten en el período establecido este mes de marzo.
En su comunicado, los obispos mexicanos dejan leer entre líneas que hay detrás de esta misión de la Santa Sede al decir que “es claro que, para que la Iglesia sea capaz de contribuir eficazmente al combate de este flagelo que se verifica en tantos ámbitos de la sociedad (familia, escuela, trabajo, entre otros), primero debe comprometerse eficazmente en la erradicación del mismo en su interior”. Finalmente, de eso trata la visita de Scicluna y Bartomeu; de hacer recuperar la confianza en la Iglesia, escuchando y acompañando el dolor de las víctimas y consignando a aquellos que lo causaron. Sin doblez y sin encubrimientos.
Así, los obispos terminan su comunicado diciendo: “Rogamos a Dios y a Santa María de Guadalupe, para que esta misión tan importante nos ayude como Iglesia a actuar pronta y justamente para erradicar estos delitos y toda forma de abuso contra menores, dentro y fuera de la Iglesia; y para que se fortalezca la fe, la esperanza y la caridad del pueblo de Dios que peregrina en México”.
El correo de la Nunciatura para poder concertar una cita con los investigadores de la Santa Sede: nunciatura.mexico@diplomat.va.
Hoy celebramos a...