Matrimonio: 4 señales de alarma de que podría romperse

Parecía una buena pareja. Todos tienen días buenos y malos, pero ¿cómo se llega a la separación definitiva? Al analizar la situación, hay algunas señales que son visibles desde antes; sin embargo, no les damos importancia porque, ¿a qué matrimonio no le sucede? El problema es que, si se afrontan a tiempo, pueden tener efectos devastadores.

Asuntos de menor o mayor importancia, como la crítica pública del cónyuge, o frases como "tú siempre / tú nunca"... Si hubiéramos notado tal comportamiento antes, ¿podría no haberse llegado a un divorcio? ¿Es posible identificar los predictores del divorcio?

Resulta que sí. El Instituto Gottman ha estado observando matrimonios durante muchos años. Tras analizar el comportamiento de las parejas, su lenguaje de comunicación y el desarrollo de las relaciones, el Dr. Gottman identificó cuatro comportamientos que tuvieron un fuerte efecto en la ruptura de los lazos.

Estas son estrategias destructivas de gestión de conflictos que el Dr. Gottman llama "Los cuatro jinetes del Apocalipsis", porque, cuando se vuelven un hábito es posible predecir el (pobre) futuro de la relación. Aquí están:

No se trata de no señalar los problemas. Por el contrario, ¡debe hacerse! Sin embargo, las críticas sugieren que la fuente de los problemas es la otra persona: no nos está escuchando, no se está involucrando en las tareas domésticas, etc.

Descripción de tus sentimientos. Cómo te sientes cuando te hace esto, y lo que necesitas en relación con eso: habla sobre ti, tus sentimientos y tus necesidades.

En lugar de gritar: "Pero ¡qué sinvergüenza eres! ¡Simplemente no te importo! ¡Llegas tarde a nuestra reunión de nuevo!" Puedes decir: "Me siento realmente ignorada y no respetada cuando llegas tarde a pesar de haber quedado. Por favor, si te sale algo importante de imprevisto, avísame".

Puede ser una actitud adoptada en respuesta a las críticas. Ante un ataque contra nosotros, nos defendemos cambiando la responsabilidad, sin asumir que una acusación potencial puede contener, al menos, un grano de verdad. "¿No sacaste la basura otra vez? ¿No ves que la basura ya se está derramando?", pregunta el marido.

En respuesta, en lugar de explicar honradamente el motivo ("Estaba muy cansada, sonó el teléfono y se me olvidó por completo. Ahora lo hago") escucha: "Si te molesta, ¿por qué no lo haces tú mismo?"

Pensamientos negativos hacia el cónyuge, formulados en forma de insultos dolorosos, clavados como alfileres. Caen insultos, comentarios mordaces, sarcásticos. Las palabras y el lenguaje corporal comunican el sentido de superioridad.

Curiosamente, aquellas personas en cuyas relaciones apareció este estilo de comportamiento eran más susceptibles a las infecciones, lo que puede explicarse fácilmente por una disminución de la inmunidad como resultado de la exposición al estrés crónico. El desprecio causa estragos y es uno de los factores que tiene la correlación más fuerte con el divorcio.

Simplemente es falta de reacción. No devuelves comentario alguno, no estás presente en absoluto. ¿Cuántas peleas se puede soportar? Entonces, eliges la deserción, te alejas hacia la "inexistencia". Tu cónyuge quiere discutir: finges que estás ocupada, haces otra cosa, simplemente ignoras a tu interlocutor.

Darse cuenta de estas actitudes -¡primero en uno mismo, luego en la otra persona!- es una señal importante de que tu relación necesita trabajo y tal vez ayuda profesional. No tengas miedo de buscarla mientras todavía haya algo que salvar.