Aleteia logoAleteia logoAleteia
jueves 25 abril |
San Marcos, evangelista
Aleteia logo
Espiritualidad
separateurCreated with Sketch.

¿Dolor, miedo, enfermedad, angustia? Grita a Dios

SAD WOMAN

By eldar nurkovic | Shutterstock

Carlos Padilla Esteban - publicado el 26/02/20

No lo evites sin más: si vives a fondo los momentos de confusión, reconociendo el momento en el que estás, podrás vivir también a fondo los momentos de luz

Jesús viene a salvarme, a rescatarme de mis dolores y enfermedades, de mis caídas y debilidades. La Biblia lo explica así:

“Él perdona todas tus culpasy cura todas tus enfermedades;Él rescata tu vida de la fosay te colma de gracia y de ternura. El Señor es compasivo y misericordioso,lento a la ira y rico en clemencia;no nos trata como merecen nuestros pecadosni nos paga según nuestras culpas. Como un padre siente ternura por sus hijos,siente el Señor ternura por sus fieles”.

Miro a Jesús hoy en mi dolor, en mi miedo, en mi enfermedad abierta, en mi angustia. Quiero hablarle sinceramente de lo que me sucede, preguntarle, quejarme, reclamarle.

Sé que es tierno, pero no siempre lo siento. Es compasivo, pero no lo percibo cuando sufro.

P Deliss | GODONG

A veces, cuando sufro una dificultad, acallo el grito de mi alma. Y me conformo con explicaciones teóricas que no me calman:

Esto me lo manda Dios para que aprenda algo”, oseguro que es el mejor para mí porque Dios lo permite en mi vida, y Dios es bueno”. O “lo ofrezco como capital de gracias”.

En el fondo no lo siento. Creo que es importante vivir el momento de oscuridad y reconocerlo así. No buscar respuestas aprendidas que no tocan mi corazón.

Dios es mi Padre, me ama sin juzgarme y me invita a tener confianza en Él. Dios sana mis heridas y cura mis enfermedades. Yo me impaciento, lo quiero todo ya, no cuando Él quiera.

Me detengo hoy a decirle que no entiendo, que tengo mucho miedo, porque no le veo y las cosas no son como yo pensaba.

Le cuento mis fracasos, mis decepciones, mis complejos, mis pérdidas y mis sueños. Mis cobardías y mis heridas. Sólo desde esa experiencia humana puedo abrirme a que Él me sane.

¿Cuáles son mis preguntas, mis miedos, mis angustias? Esas que me pesan en el corazón. Preguntas sobre mí, sobre mi historia.

web3-man-hands-mouth-thinking-nathan-dumlao-unsplash-cc0

Si vivo a fondo los momentos de confusión, reconociendo el momento en el que estoy, podré vivir también a fondo los momentos de luz cuando lleguen.

Creo que esto me hace más humano. Me ayuda el hecho de aceptar que hay cosas en mi vida difíciles de comprender y asumir. No tengo todas las respuestas, aunque sea creyente.

Tengo fe y confianza en ese Jesús que viene a mi vida. Soy templo suyo:

“¿No sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en vosotros?”.

Soy el templo en el que Él habita cuando le dejo entrar. Cuando abro mi alma para que entre dentro y me sane. Es la confianza que hoy me despierta Jesús.

Reconozco mi debilidad y suplico su misericordia. No me engaño. No todo está claro, no todo lo que me sucede es bueno. Surgen dudas y miedos. Preguntas abiertas para las que no hallo respuestas en este presente que vivo.

Pero no me angustio por ello. Se lo entrego todo confiado. Le entrego mi rabia, mi desconcierto y descontento. No todo me gusta, no todo me alegra.




Te puede interesar:
Vuélvete a tu niño interior, abrázalo y verás lo que pasa

Quiero vivir los días de oscuridad como los días de luz. Los días de incertidumbres como los de certezas. A cada día le basta su afán.

No tengo miedo, pero no busco respuestas cuando todavía no las tengo. Ni las pido, ni las exijo. Muestro mi rabia cuando la tengo y mi angustia cuando la padezco.

Me muestro alegre cuando tengo luz en el alma. Y con paz cuando su poder me ha pacificado. A cada día lo que le toca, ni más ni menos.

Decido no vivir en el pasado ni vivir angustiado por lo que no ha sucedido todavía. Sé que Dios rescata mi vida de la fosa y cura todas mis enfermedades y dolencias. Saberlo me da paz. Le pertenezco a Él y eso me consuela.

En ocasiones las dudas del presente me quitan la paz. Miro a Jesús y me calmo:

“El mundo, la vida, la muerte, lo presente, lo futuro. Todo es vuestro, vosotros de Cristo, y Cristo de Dios”.


sleep

Te puede interesar:
Cómo no tener miedo a la enfermedad

Todo es de Dios y nada es mío. Ni mi dolor, ni mi alegría. O mejor aún, es mío y le pertenece a Dios, porque yo soy de Dios.

Y no tengo que vivir con miedo porque sé que mi vida está en sus manos y yo poco puedo hacer por salvar mis días. Sor Verónica, fundadora de Iesu Comunio, decía:

“Comprendí el gozo de ser cristiano. Que mi presente no lo determine quién he sido yo. Sino quién es Jesús. Una mirada reconciliada. Una memoria agradecida. Memoria constante de la fuente escondida”.

Mi pasado encuentra su descanso delante de Dios. Y también mi presente en el que soy hijo, niño, pobre ante sus ojos llenos de misericordia.

Soy hijo y vivo reconciliado en el corazón de Jesús. En Él pueden descansar todos mis afanes. No me importa ya tanto lo que pueda ocurrir porque Él lleva el timón de mi barca y sostiene mi vida en sus manos.

No dejo de pensar en lo que Dios me ha dado y le doy gracias. Por el bien y por las cruces que vivo. No pretendo encontrar respuestas a todas mis preguntas. Vivo abrazado a su corazón tierno y comprensivo.

Y sé que mi vida será grande en el cielo. Y, mientras tanto, no importa el juicio de los hombres, aunque sea inmisericorde. Importa más el amor de Dios que me espera al final del camino.

Y me abraza en medio de mis días. Su juicio es el que me salva, no me condena. Y esa paz llena hoy mi alma. Me sostiene, me alegra. Está siempre conmigo.


SPARROW

Te puede interesar:
Nada malo te va a pasar, descansa en Dios

Tags:
confianzafemiedo
Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

ES_NEW.gif
Oración del día
Hoy celebramos a...




Top 10
Ver más
Newsletter
Recibe gratis Aleteia.