Llega a los cines españoles el largometraje documental, y ficción basada en hechos reales, Corazón ardiente, dirigido a dos manos por Andrés Garrigó y Antonio Cuadri, y distribuido en salas por European Dreams Factory con el apoyo de Bosco Films.
La película narra la historia de Lupe Valdés (Karyme Lozano). Se trata de una escritora de éxito que está investigando las apariciones del Sagrado Corazón de Jesús, a fin de encontrar inspiración para su próxima novela.
Guiada por María (María Vallejo-Nájera), experta en misterios, Lupe descubrirá las revelaciones a Santa Margarita María de Alacoque.
Además, conocerá a santos, asesinos, exorcistas, papas, presidentes, conspiradores…, así como milagros y crímenes. Y al tiempo también trabajará en los secretos de su propio corazón, afligido por viejas heridas que necesitan sanación.
El nuevo trabajo, nacido al albur de Goya Producciones (Fátima, el último misterio), es una joyita sobre las misteriosas apariciones del Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María de Alacoque, que fascinaron a millones de personas, pero ninguna película hasta ahora había indagado en sus secretos. Este filme nos explica por qué esta devoción gana cada vez más adeptos.
Para empezar ha de reconocerse, por un lado, el ímprobo y exitoso resultado del trabajo de documentación que exhibe el filme -el sustrato de la historia-, del que es responsable el fundador de Goya Producciones, Andrés Garrigó.
Por otro lado, se aprecia la veteranía en la dirección de cine de Antonio Cuadri (Al salir de clase) en esta ficción basada en hechos reales, puesto que la historia de Lupe es la historia real del proceso de conversión de la actriz Karyme Lozano, hace siete años, que es quien le da vida.
Y la tercera pata de la mesa corresponde al guión, donde Goya Producciones suma el talento del reconocido director de cine Pedro Delgado.
Quédense con los nombres de estos expertos en cine, que han sabido conjugar y, lo más difícil, sintetizar con elegancia y respeto, las historias que se desvelan en la aventura. Desde los impactantes testimonios que arman la parte documental, así como la subtrama, con tono de thriller, interpretada mano a mano por Lozano y Vallejo-Nájera (buen debut de la escritora el cine), que conduce al espectador con tiento para que no se distraiga de lo importante.
Nos hallamos, pues, ante una emocionante película, espiritualmente muy rica, que relata la influencia del Sagrado Corazón de Jesús en muchas épocas.
Por ejemplo, cuando se construyó el Sagrado Corazón de Montmartre, en París, durante 40 años y por devoción popular, o el impulso constructor que incluye el Tibidabo en Barcelona y más de 400 monumentos al Sagrado Corazón en España -especialmente se recuerda el del Cerro de los Ángeles, en Madrid, fusilado durante la guerra civil española-, el enlace con Santa Faustina Kowalska y su Divina Misericordia, o la consagración de España por el rey Alfonso XIII.
Por otro lado, especialmente llamativos resultan los milagros eucarísticos. Uno de ellos tiene que ver con el pan de la Eucaristía, que se convierte en carne, y en concreto en tejido cardiaco, que examinado por varios cardiólogos concluyen que se trata de un músculo vivo, latiendo, pero que aún está sufriendo.
Otro de los testimonios que descubre Corazón ardiente es el de unos militares españoles. Toda la unidad de turno que estuvo en Afganistán, recibió la tarde anterior una estampa pequeña del Sagrado Corazón, un “detente bala”. Al día siguiente, un explosivo deshizo al completo el vehículo blindado, pero ningún ocupante resultó herido.
No menos atractiva resulta la ficción que conduce la historia, dado que también refleja la potencia del perdón, no sólo para aliviar conciencias, sino para aparcar definitivamente las diferencias, en especial cuando la idea de la muerte de la muerte se presenta y se rechaza de cuajo la idea de practicar una eutanasia.
Así las cosas, Corazón ardiente contiene suficientes aristas para convertirse en una película referencial sobre el amor al Sagrado Corazón, para conocer al detalle su historia y a sus protagonistas, sin trampas ni atropellos. Necesaria e imprescindible.
Hoy celebramos a...