“Cuántas dificultades en la vida del matrimonio se solucionan si nos tomamos un espacio de sueño. Si nos detenemos y pensamos en el cónyuge. Y soñamos con las bondades que tiene, las cosas buenas que tiene. Por eso es muy importante recuperar el amor a través de la ilusión de todos los días. ¡Nunca dejen de ser novios! ” (Encuentro con las familias, Manila, 16 de enero de 2015).
El papa Francisco quiere parejas vivas en el amor concreto y cotidiano. Un amor fiel y estable ‘pan’ para la familia.
“El matrimonio es un trabajo de todos los días, se puede decir que artesanal, un trabajo de orfebrería porque el marido tiene la tarea de hacer más mujer a la mujer y la mujer tiene la tarea de hacer más hombre al marido. Crecer también en humanidad, como hombre y mujer” (Audiencia general en la Plaza San Pedro, 14 de febrero de 2015).
En efecto, después de las audiencias generales, el Pontífice dedica mucho tiempo y empeño a escuchar a las parejas de recién casados, a promover los sueños e ilusiones de las parejas y dar algunos consejos esperanzadores para buscar una solución a los problemas de los novios y de los matrimonios.
“El noviazgo es el tiempo en el cual los dos están llamados a realizar un trabajo bello sobre el amor, un trabajo partícipe y compartido, que va en profundidad” (Audiencia general en Plaza San Pedro, miércoles 27 de mayo de 2015).
Se puede entonces imaginar de estar en esos momentos y escuchar algunas de esas sabias palabras: “Aquello que pesa más de todas las cosas es la falta de amor. Pesa no recibir una sonrisa, no ser recibidos. Pesan ciertos silencios. A veces, también en familia, entre marido y mujer, entre padres e hijos, entre hermanos. Sin amor, el esfuerzo se hace más pesado, intolerable” (Palabras a la familias durante la peregrinación a la tumba de San Pedro, 26 de octubre de 2013).
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