Ninguna generación de educadores se ha enfrentado a un reto como el de educar en Internet.
Internet es la herramienta más poderosa, adictiva y omnipresente que ha inventado el ser humano. Probablemente también la más útil.
Da risa cuando algunos, para restar importancia a la preocupación por los riesgos de Internet, lo comparan con la imprenta, la televisión o los videojuegos, y dicen: “tampoco se acabó el mundo…”. Están comparando el Titanic con una zodiac.
Ante este desafío descomunal, me permito ofrecer algunas sugerencias para educar mejor a nuestros hijos en ese entorno… y, de paso, educarnos también un poco a nosotros mismos, ya que quien más quien menos es todavía un “ineducado digital”.
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