En muchas otras ocasiones y de diversas maneras se ha dicho que gran cantidad de salvadoreños (junto con guatemaltecos y hondureños) corren un gran peligro de morir si son devueltos a sus lugares de origen.
Esto que podría ser considerado por las autoridades migratorias estadounidenses como un mero pretexto para internarse en la Unión Americana y ganar puestos de trabajo que les corresponden a los nativos del país del norte, no es un cuento.
Según el último informe de Human Rights Watch (HRW) por lo menos 138 personas han sido asesinadas en El Salvador en los últimos años, tras ser deportadas a su país al habérseles negado el refugio en Estados Unidos.
La organización, cuyo cuartel general se encuentra situado en el mítico Empire State de Nueva York, señaló que las muertes documentadas en su Informe ocurrieron menos de un año después de que los deportados regresaron a El Salvador.
Incluso, señala el organismo defensor de los derechos humanos a nivel mundial, algunos de los asesinatos sucedieron pocos días después de que los salvadoreños deportados regresaran a sus pueblos a tratar de reiniciar la vida que dejaron atrás y que los llevó hasta la frontera de México con Estados Unidos.
Sin alternativas
Además, HRW confirmó al menos setenta casos de agresión sexual u otra forma de violencia luego de la llegada al país de los deportados. Alison Leal Parker, directora gerente del grupo en Estados Unidos dijo a AP que su preocupación es que “muchas de estas personas enfrentan una sentencia de muerte”, al regresar.
Las muertes de salvadoreños deportados no solo ocurrieron durante la administración del presidente Trump, también han ocurrido en la administración de Barack Obama. Según cifras oficiales, de 2014 a 2018, fueron deportados 11.000 salvadoreños a su tierra natal.
Cierto es que algunos de estos deportados estaban ligados a las pandillas o maras, pero también lo es que la mayor parte de los casos son personas que estaban tratando de ser captadas por estas mafias que todavía son dueñas de barios en ciudades y de pueblos rurales completos.
De cada cien salvadoreños que piden asilo en Estados Unidos, solamente son aceptados 18, lo cual deja a los otros 72 en la cuerda floja: pueden esperar en México (territorio muy peligroso) a que se resuelva su situación jurídica; pedir asilo en México o bien ser regresados a su país.
Human Rights Watch pidió a la administración estadounidense derogar la política que exige que los solicitantes de asilo esperen en México (la iniciativa “Remain in Mexico”) junto con los acuerdos que permiten a los guatemaltecos, salvadoreños y hondureños establecerse en otros países de América Central mientras buscan refugio (como “tercer país seguro”).
También la organización pide que el fiscal general de Estados Unidos revierta las restricciones que hacen más difícil solicitar asilo, debido a las amenazas planteadas por las pandillas o la violencia en contra de las mujeres.
Con información de Associated Press.
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