La insatisfacción sexual tiene causas que podemos tratar para volver a aumentar la calidad de las relaciones con el cónyuge
El sexo en el matrimonio es un lazo que une. Sin embargo, se estima que una de cada tres parejas tienen dificultades. Cuando hay insatisfacción y el deseo es pobre, la relación decae y las probabilidades de un futuro juntos se desmoronan.
Es importante sentirse íntimo y apasionado con la persona que uno ama. Por eso cuando hay problemas, es necesario actuar. La terapeuta Weiner-Davis dice que no hay que resignarse a hacer el amor sin pasión ni a tener una relación sin verdadera intimidad.
Si no estás tan interesado en el sexo en este momento lo primero es comprender por qué. Cuando piensas en los tiempos en que las cosas eran mejores sexualmente, puedes preguntarte qué fue lo que ocurrió con tu pasión y qué pudo haberla afectado.
Entendiendo las causas, podrás comenzar a dar pasos en búsqueda de la pasión que te lleve a sentirte verdaderamente íntimo con tu cónyuge. Al tratarse de algo tan importante, la terapeuta nos ofrece algunas directrices y nos dice que no solo hay que hacerlo por la persona que uno ama y su matrimonio, sino también por uno mismo.
Baja autoestima
Muchas veces las personas dejan de interesarse en el sexo cuando dejan de sentirse bien con ellos mismos, concretamente con sus cuerpos. Una imagen corporal deficiente hace que uno pueda sentirse cohibido, evite los encuentros o esté tan tenso que no se divierta.
Si no estás en forma, algo que puedes hacer es proponerte comer mejor y hacer ejercicio. Los beneficios se extenderán más allá de la vida sexual: te verás mejor, te sentirás mejor y aumentarán las posibilidades de mantenerte saludable.
Falta de diálogo
A veces el problema suele ser que uno de los cónyuges da por sentado que el otro conoce sus preferencias, lo que le molesta o disgusta. Incluso piensa que si es amado, el otro debería saber esas cosas. Sin embargo, la realidad muestra que con el paso del tiempo estas pueden ir cambiando y solo se sabrán al mantener un diálogo fluido sobre ellas.
Es importante poder hablar con tu cónyuge sobre tus gustos y, en ese sentido, ser lo más específico posible. No te avergüences. Al principio puede parecer algo extraño ser tan concreto sobre la intimidad, pero tu cónyuge no entenderá tus necesidades a menos que las digas.
Sentimientos negativos
La pérdida del deseo sexual puede deberse a sentimientos negativos sobre el matrimonio en general o el cónyuge en particular. Se lo suele culpar por algo y, al quedarse con esos sentimientos, uno deja de asumir la responsabilidad de hacer cosas que puedan mejorar la relación.
Apúntense a una clase de formación matrimonial, aprendan nuevas habilidades de comunicación y métodos para manejar conflictos, encuentren un terapeuta que les ayude a descubrir soluciones. Y si tu cónyuge no se une a estos planes, házlo tu. Lo importante es buscar recursos y salir del punto muerto en el que se encuentran.
Falta de espontaneidad
Los cónyuges suelen decir que antes “las cosas eran más espontáneas” y eso provocaba que el deseo aumente con mayor facilidad. Aunque es imposible ser muy espontáneo cuando hay niños, ciertamente se puede planear algo de espontaneidad.
Llama a los suegros o amigos cercanos para que cuiden a los niños, planifica una escapada de fin de semana con tu cónyuge. Aunque no sea perfecto, puedes situarte en el pasado y reorganizar tu vida para replicar algo de lo que funcionaba antes.
Rol pasivo
Cuando uno de los cónyuges se ha centrado más en el sexo que el otro, puede que se hayan acostumbrado a ello, y el que es más pasivo se haya sentido presionado y eso lo haya hecho retroceder. Es posible que esta dinámica en la relación haya disminuido su deseo, e incluso se haya engañado pensando que el sexo ya no le gusta.
Tus sentimientos negativos o apatía pueden tener más que ver con ese sentirse presionado por el otro que con el sexo en sí mismo. Intenta ser tú quien tome la iniciativa, sorprenda y busque al otro tomando un papel más protagónico con mayor libertad para acercarse.
Falta de creatividad
Las relaciones sexuales a menudo se vuelven aburridas cuando se hace lo mismo una y otra vez como si fuera algo mecánico. Para ser creativos es importante crear un ambiente para ello, no apresurarse, esperarse e ir descubriendo al otro sin buscar la consumación rápida.
Tómate el tiempo para mirarte con el otro, acariciarse, besarse y prueba cosas que no hayas probado antes como masajes en la espalda, baños calientes, lencería sexy, ciertos tipos de contacto, movimientos suaves o rápidos. En el amor las posibilidades son infinitas.
Medicaciones
Los fármacos que contienen hormonas, medicamentos que tienen efectos secundarios o afecciones médicas, pueden ser factores que influyen directa o indirectamente en el deseo sexual.
A veces es bueno consultar a un médico o especialista para eliminar causas fisiológicas por la falta de deseo. Utilizar métodos naturales para la regulación de la fertilidad, ciertos remedios a base de hierbas medicinales o cambios en la dieta, pueden ser muy útiles.
Falta de afecto y atención
Es bien sabido que el toque físico con ternura y la muestra de afecto cuando uno está con el otro son muy importantes en la relación. Al no estar siempre presentes, algunas personas pueden sentirse más “utilizadas” que “amadas” por el otro y su deseo decrece.
Si sientes que necesitas más afecto y cuidado, busca comunicarle a tu cónyuge esa necesidad concreta para aumentar los actos en el plano afectivo con los que te sientes querido: pueden ser palabras, caricias, regalos, atenciones, servicios o gestos.
Problemas personales
Los problemas personales pueden impedir que uno se sienta bien consigo mismo y con su vida y esto puede llevarle a perder el deseo, a desmotivarse y deprimirse. El matrimonio no puede ser la única fuente de felicidad. Hay que asumir responsabilidad sobre la propia salud mental y si uno se siente mal, hacer algo al respecto.
Toma acciones que aumenten tu bienestar: busca la armonía interior, mímate, pasa tiempo con amigos, toma una clase como desafío, desarrolla un nuevo pasatiempo, reduce o elimina el consumo de alcohol y tabaco, lee un buen libro, sé amable contigo mismo y tómate el tiempo para nutrir tu vida espiritual.
Falta de coqueteo
Cuando los cónyuges piensan en épocas pasadas de su relación, es posible que hayan sido más coquetos, experimentado situaciones de complicidad entre ambos y vivido una relación más romántica.
Vuelve a coquetear y a poner energía en hacerle saber a tu cónyuge que es atractivo coqueteando. Sugiérele algo que le queda bonito, un guiño de ojo, un beso en una habitación llena de gente, tocarse ligeramente al pasar, una sonrisa sugestiva, un cumplido oportuno sobre su apariencia. Este tipo de juego es una parte importante para mantener viva la pasión.