“El pequeño ángel custodio de santa Francisca Romana no mostraba menos firmeza, no más que el de la mística española Marina de Escobar, que acudió a ella bajo la apariencia de un niño de siete a ocho años "
Generalmente, los ángeles se muestran con forma humana. No solamente como adolescentes u hombres de una gran belleza, sino que a veces con rasgos de niños. Así, el ángel custodio de santa Francisca Romana, y el que preparó a Catalina Labouré (1806-1876) para el encuentro con la Virgen María en la capilla de la Rue du Bac, la tarde del 18 de julio de 1830 como declaró sor Catalina:
“Finalmente, a las 11 y media de la tarde, siento que me llaman por mi nombre: – ¡Hermana mía, hermana mía! Cuando despierto, miro al lado donde he escuchado la voz que provenía del pasillo. Quito la cortina. Veo a un niño vestido de blanco, grosso modo de 4 a 5 años, que me dice: – Levántate con diligencia y ven a la capilla, la santa Virgen nos espera. (…) Me apresuré a vestirme, y fui al lado de ese niño que había permanecido de pie, al lado de la cabecera de mi cama. Me siguió, o más bien lo seguí, siempre a mi izquierda, con rayos de luz donde quiera que pasaba “.
Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia. Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.
20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).
Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.