El doctor Rafael Guillen habla de su experiencia como médico en Nueva York, donde atiende a personas migrantes de origen latinoamericano.
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Hablar de salud no es solo hablar de número de pacientes o de recursos económicos dedicados a cada uno de ellos. Es mucho más.
El doctor Rafael Guillen trabaja en Nueva York y atiende a una población mayoritariamente latinomericana. A su consulta, tanto en el hospital como privada, acuden personas procedentes de países como República Dominicana, Cuba, Puerto Rico… Algunos de ellos, sobre todo los de la tercera edad, solo hablan español y a duras penas comprenden la lengua inglesa.
“Estos pacientes muchas veces no conocen el sistema sanitario de Estados Unidos y tienen un acceso limitado a la salud porque desconocen cómo llegar a él”, explica.
Hablando en su propio idioma
Para el Dr. Guillen, es imprescindible una “atención personalizada” y esto implica una relación médico-paciente que sea “cultural y lingüísticamente apropiada”. Un trato así comporta dedicación y un grado enorme de empatía por parte del médico. El doctor Guillen lo posee, en parte gracias a que él también tiene raíces hispanas: nació en República Dominicana. Habla en su idioma y conoce bien la situación que atraviesan los pacientes migrantes, sobre todo los abuelos.
¿Qué puede ocurrir en la atención con los mayores? “Debes tener en cuenta su situación cultural. Tal vez –explica el doctor- estén tomando remedios o un medicamento sencillamente porque se lo aconsejó un familiar o amigo, y no siempre les aconsejan algo bueno”. “Me encuentro con personas que tomaron una medicación que enmascara una infección o que toman zumos y eso supone una ingestión de azúcar que no les conviene”. Para ello, hay que hablar y conocer el entorno de cada enfermo.
Conocer bien la situación familiar de los abuelos
Los abuelos, según la experiencia del Dr. Guillen, son los que más sufren la situación económica difícil por la que atraviesa la familia. “A veces prefieren renunciar a tomar su medicamento solo para dar el dinero a una nieta que ha ido a vivir con ellos. Eso es algo que un anciano nunca te comentará pero que el médico debe hacer lo posible por conocer y salvar esos obstáculos”.
La atención personalizada es esencial en la praxis del Dr. Guillen así como en los médicos de la red Somos, a la que él pertenece. Va más allá de un control médico rutinario y es lo que hace posible una medicina humanizada al servicio de la ciudad de Nueva York.