El vaso sacramental se usó para prácticas de tiro, y sirve como un recordatorio de la sangre de los mártires y la victoria final de CristoEl cáliz de una iglesia católica en Qarakosh, Iraq, sigue en pie, después de ser alcanzado por una bala que le atravesó el costado.
Es un recordatorio elocuente e inspirador del sufrimiento de los 140.000 cristianos que se vieron obligados a huir de su tierra natal durante la ocupación del norte del país por el Estado Islámico.
Alrededor de 1.000 cristianos fueron asesinados durante la posterior guerra civil, y las iglesias cristianas fueron destruidas y saqueadas, cuando los terroristas islamistas intentaron establecer su “califato” en la que una vez fue una de las comunidades cristianas más antiguas del mundo.
Hoy, hay esperanza para un futuro cristiano en Irak, ya que, gracias a los esfuerzos de Ayuda a la Iglesia Necesitada y grupos de ayuda como los Caballeros de Colón, alrededor del 45 % de los cristianos que huyeron han regresado a sus hogares, y la reconstrucción de iglesias y escuelas está en marcha.
El 23 de noviembre, los católicos en Washington, DC, se arrodillaron ante el vaso sacramental dañado mientras se reunían en oración y reflexión para dar testimonio de los mártires cristianos y los que hoy están siendo perseguidos por su fe.