#SinodoAmazonico: Varias voces sinodales claman por una conversión ecológica inmediataLa Iglesia no debe caer en los pecados sociales de la indiferencia, de la omisión y de los pecados ecológicos. Un cambio urgente que debe iniciar ahora mismo: “Porque no es seguro que haya una nueva Arca de Noé”.
En la sesión informativa de hoy, 16 de octubre de 2019, en la Sala Juan Pablo II de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Paolo Ruffini, Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, ha compartido con la prensa los temas comunes en el discernimiento de los padres sinodales, hasta la fecha, y en especial se remarcó la necesidad de la conversión ecológica.
Eucaristía
En el contexto de un Sínodo sobre la Amazonía con una visión universal y de provecho para la toma de consciencia de la protección de la Casa Común, existen varias voces unánimes que exigen con urgencia un cambio de ruta, según el mensaje evangélico. También las reflexiones abordaron la inculturación, el papel de los laicos, en especial de las mujeres, entre otros. En el horizonte más amplio se encuentra el desafío eclesial de la “misión profética y en salida” de llevar la eucaristía al pueblo de Dios en un territorio extenso, casi 5,5 millones de km².
La Asamblea del Sínodo, en las intervenciones libres, casi a mitad de sus trabajos, subrayó Ruffini, busca una visión de la Iglesia coherente con el ‘querer’ del Espíritu Santo y que no se limite a cuestiones específicas, perdiendo el sentido de la unidad en la diversidad, que es no quedarse “a mirar la rama dejando de cuidar el árbol”.
Pequeñas soluciones
Padre Giacomo Costa, S.I., Secretario de la Comisión para la Información, reiteró que, como invita el Papa, el Sínodo no es un parlamento. La percepción general del Sínodo confluye en buscar la “unidad” que prevalece sobre el conflicto, especialmente en un momento de violencia que flagela la Amazonia.
Asimismo, destacó que el evento está abierto para la escucha de lo que el Espíritu Santo quiera. “El Sínodo es un camino de discernimiento, no puede reducirse a pequeñas soluciones y actualizaciones. Si permanecemos atrapados en conflictos o en detalles, la realidad permanece fragmentada y perdemos el sentido de la profunda unidad de la realidad que nos está llamando”.
Viris probatis
Mons. Wellington Tadeu de Queiroz Vieira, Obispo de Cristalândia (Brasil), afirmó que en la diversidad de opiniones los obispos respetan las ideas que se presentan en el Aula Nueva del Sínodo. Monseñor Wellington informó que el problema de la falta de sacerdotes es real, pero ‘faltan en todo el mundo’, no solo en la Amazonia. Sobre las diversas soluciones, entre ellas, los viris probatis, la ordenación de hombres indígenas, maduros, casados y con comprobada fe, advirtió que el problema en el sacerdocio tradicional no es el celibato, sino la coherencia y que a pesar de ello, no existen impedimentos para los viris probatis.
Celibato
“No veo el mayor problema en el celibato. El problema es nuestra incoherencia, nuestras infidelidades, los escándalos, la falta de santidad que se convierten en un obstáculo para que los jóvenes sigan este camino (el sacerdocio) sostuvo el obispo brasileño. En cuanto a la ordenación sacerdotal de los hombres casados, sobre la cual hay “opiniones divergentes” en el Sínodo, “bíblica o teológicamente no hay obstáculo para que la Iglesia tome tal decisión en un momento histórico dado”, expresó.
“Como el Papa repite, debemos acercarnos a las personas, tener el olor de las ovejas…Muchas veces no transmitimos la fragancia de Cristo, somos anunciadores de nosotros mismos con comportamientos que a menudo alejan a las personas de Jesús”, afirmó. De ahí – insistió – la necesidad “de un camino de santidad, de conversión: antes de pensar en lo que otros deberían cambiar, pensemos en cómo deberíamos cambiar nosotros mismos”. Estamos obligados a ofrecer estos valores a los jóvenes.
Santidad
Asimismo, aseguró que la imagen de la santidad está empañada o desenfocada, pues “la santidad es la simplicidad de la vida, la apertura al diálogo, el respeto por las diferencias, un sentido de compasión con los que sufren”. Otro aspecto en el que trabajar, según el obispo, es “la mala distribución de los sacerdotes a nivel territorial”: “La falta de sacerdotes, podría mitigarse si hubiera una mejor distribución. En América Latina, por ejemplo, hay una gran cantidad de vocaciones, pero también una dificultad para ir a las zonas fronterizas”. Entonces, hay que llevar sacerdotes a la Amazonia.
Rostro eclesial/laico amazónico
Por su parte, mons. Pedro José Conti, Obispo de Macapá (Brasil), que pastorea un territorio tan grande como Italia del sur (148.000 kilómetros cuadrados) y con más de 100 comunidades, afirmó que el Sínodo ha sido una ocasión de “valorización” y “reconocimiento” de los pueblos amazónicos y de los “rostros del laicado de la Amazonia”.
Un antídoto al clericalismo es la formación de laicos y clero en temas como “la familia” y tener “competencia profesional”. Subrayó que fue importante el trabajo de las “pequeñas cooperativas” para proteger los territorios del estrativismo y de la depredación de los recursos. “Se necesita encontrar el equilibrio entre producción y cuidar de la Selva”. Así, invitó a valorizar “la sabiduría ancestral” de los pueblos indígenas y de los campesinos en una economía sostenible en la Amazonía.
Asimismo, participaron en la sesión informativa de hoy: Mons. Ambrogio Spreafico, Obispo de Frosinone-Veroli- Ferentino (Italia); Yesica Patiachi Tayori, Docente bilingüe del pueblo indígena Harakbut y miembro de la pastoral indígena del Vicariato Apostólico de Puerto Maldonado (Perú).
