¿Es el oro un bote salvavidas ante lo que se avecina?

Ante el panorama económico actual, no son pocos los economistas que vaticinan que queda poco para la siguiente crisis. Los pasos que se están dando en la economía global, la guerra de divisas entre EEUU y China, el tedioso Brexit o la lucha contra el estancamiento vía política monetaria por parte de los Bancos Centrales hace presagiar que la tarta de la producción en lugar de crecer pueda como un soufflé tener un pinchazo.

Pero es precisamente en estos momentos en los que el pánico puede jugar malas pasadas, y las autoridades económicas deberían preverlo y poner orden para evitar males mayores, buscando el bien común de todos y evitando el “sálvese quien pueda” (que al final, es consagrar la ley del más fuerte).

El comportamiento al alza de activos reserva de valor como los activos del mercado inmobiliario, así como las materias primas de oro y petróleo reflejan no sólo los bajos tipos de interés de los depósitos bancarios sino también la aversión a la incertidumbre de la economía monetaria. Estos activos suelen convertirse en activos refugio de valor cuando la situación se prevé complicada.

En lo que llevamos del año 2019, el oro, que está en máximos de cotización y con un precio superior a los 1500 dólares por onza, acumula una rentabilidad superior al 20%. Aunque pueda mostrar alguna corrección a la baja en el corto plazo de un mes, el panorama de incertidumbre no hace pensar en retrocesos sino todo lo contrario.

Así es que compañías que extraen, procesan u operan con oro y los fondos de inversión que invierten en él han mostrado una revalorización acumulada en este año superior al 35%.

La rentabilidad anual de acuerdo con las cotizaciones de septiembre de hace un año de las diferentes materias primas como oro, plata, platino y paladio, muestran valores de dos dígitos que no tiene parangón con la rentabilidad de ninguno depósito bancario de ninguna divisa.

Si algo caracteriza el devenir económico y financiero del 2019 a nivel global es que anticipando nubarrones de crisis, los movimientos de la demanda de reservas de valor han revalorizado estas materias primas.

El Bitcoin que en el 2018 había corregido su cotización a la baja dejándose un 75% del valor la ha recuperado en el 2019 desde 3520 $ a 10050$ lo que implica una rentabildiad acumulada de 185%.Dejando de lado al volatilidad de esta reserva de valor, lo que apunta de forma inequívoca es que los demandantes de reserva de valor lo consideran en cierta medida menos incierto que el panorama que se nos avecina.

Cuando un barco tiene riesgo de hundirse, lo normal es que haya gente que busque botes salvavidas. Después, hay otros que no disponen de la información exacta de lo que está sucediendo pero en tanto que observa que hay movimiento se apuntan al carro por puro sentido de supervivencia gregario. El problema en estos casos es que cuando muchos saltan del barco, éste se resiente y sufre vaivenes por el desplazamiento de la carga. A veces, los efectos sobre el barco de la estampida desordenada puede implicar mayor desestabilización que la esperada e incluso situaciones más dramáticas que la que sucede por el estado del barco.

Por eso mismo, ante el panorama actual y lo que parece que acerca, tal vez deberíamos plantearnos que las autoridades monetarias liderase la estabilización económica para que no se causen daños más allá de lo esperable el hecho de que se busque salvavidas frente a un supuesto naufragio.