No se habrán de cansar de denunciar las acciones arbitrarias del régimen Ortega-Murillo
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Reunida en Santiago de Chile, la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe exigió a los países latinoamericanos, movilizar a la diplomacia internacional y rescatar la democracia en Nicaragua, al tiempo que responsabilizó al régimen sandinista de haber cometido en contra de opositores al presidente Daniel Ortega Saavedra y su esposa, Rosario Murillo.
En un duro comunicado intitulado “Delitos que exigen justicia: un llamado urgente a la comunidad internacional”, los jesuitas de la región enfatizaron que no se habrán de cansar de denunciar las acciones arbitrarias del régimen Ortega-Murillo”.
El comunicado, firmado por el padre Roberto Jaramillo Bernal, presidente de la Conferencia, y el padre Rolando Alvarado, provincial jesuita para América Central, afirma que hay muchos nicaragüenses que sufren “la inmisericorde tiranía del poder que intenta someter los sueños de libertad y democracia a través del terror, la represión, la tortura y los asesinatos”.
El balance de represión y exilio en los 18 meses que lleva el conflicto nicaragüense presentado por los jesuitas latinoamericanos es demoledor: 328 muertos, 88.000 exiliados, 400 médicos despedidos por “hablar mal del régimen”, al menos cien periodistas que han tenido que huir del país…
Si bien es cierto que las protestas “se han reducido drásticamente gracias al régimen de terror y al miedo instalado por el despliegue
desproporcionado de la policía en el anuncio de cualquier movilización”, también lo es que en promedio, “cuatro personas son capturadas diariamente por participar en pequeñas protestas” o estar cercanas a personas que protestan.
“El allanamiento de viviendas es una práctica recurrente por parte de las fuerzas policiales o paramilitares. Las víctimas son habitualmente golpeadas, amenazadas y se les roban sus pertenencias. … El control social es estricto, y el espionaje se ha institucionalizado”, indica el comunicado de los jesuitas latinoamericanos.
En cuanto a la “liberación” de presos políticos, los miembros de la Compañía de Jesús recordaron que a principios de este año hubo varios de ellos que salieron de los penales, lo que brindaba “una esperanza de una solución para la crisis política del país”.
Sin embargo, los jesuitas dicen en su comunicado que tiene información de que los ex presos políticos “todavía tienen archivos de casos abiertos” y llamaron a su liberación, “una medida conveniente para fingir que ellos (funcionarios del gobierno) estaban abiertos al diálogo y negociaciones cara a cara que ocurrieron con la oposición de febrero a julio. 2019”.
La declaración de los jesuitas siguió a una carta del 15 de septiembre de la Conferencia del Episcopado de Nicaragua, que pedía al país buscar la unidad y superar una “crisis de confianza” que se extiende “como un virus omnipresente que contagia todas las relaciones de nuestra vida”.
En el documento, los prelados de Nicaragua hicieron un enérgico llamado a recuperar el sueño de un país reconciliado y no un país como el que, después de año y medio de cerrazón al diálogo, ha venido a ser la Nicaragua de los Ortega-Murillo. Un país derrotado, con miedo.