Las naciones que confluyen en el principal pulmón vegetal del planeta llegaron a un acuerdo. Pero aún está por verse si lograrán pasar de las buenas intenciones a las acciones en la protección de la Casa Común, en medio de un clamor mundial liderado por el Papa
Siete de los nueve países que comparten el bosque vegetal del mundo se reunieron para unir esfuerzos que permitan protegerlo. Lo hicieron en medio de incendios descomunales y una deforestación que tan solo en agosto arrasó en Brasil con 1.700,8 km2.
Acciones que superen intenciones, la ausencia de Venezuela, y la no injerencia extranjera fueron algunos de los temas discutidos durante la Cumbre Presidencial por la Amazonía, que tuvo por sede a Colombia.
Los mandatarios y representantes de la nación cafetera se reunieron con los de Perú, Ecuador, Bolivia, Brasil, Guyana y Surinam, para estudiar los mecanismos conjuntos a favor de una selva que es clave para el equilibrio climático del planeta.
El pedido de Bolsonaro
Defensor de la explotación minera en reservas indígenas, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, condenó la injerencia de otras naciones bajo el alegato de que buscan tomar riquezas de la Amazonía. Afirmó el mandatario a sus pares que debemos tomar una “posición firme de defensa de nuestra soberanía” que sirva también para que cada país pueda dentro de su tierra desarrollar la mejor política para la región amazónica.
Mientras que Iván Duque aseguró que a pesar de las diferencias existentes, los gobiernos lograron “ponerse de acuerdo en lo fundamental”, al tiempo que destacó la importancia de ejercer soberanía en toda la región.
El presidente colombiano estimó que el alcance del pacto implica la adopción de medidas concretas “en el ejercicio nuestra soberanía sobre el territorio amazónico, con el criterio de mostrarle al mundo” que se están asumiendo “en el momento correcto”.
No obstante, el jefe de estado de Perú, Martín Vizcarra, consideró que es urgente “cambiar la estrategia” y dejó claro que los países necesitan “no solamente quedarnos en declaraciones de buena voluntad”, pues la grave dimensión del problema “obliga a tomar decisiones drásticas”.
“Madre Tierra en peligro de muerte”
De su lado, el presidente de Bolivia, Evo Morales, condenó la exclusión de Venezuela de la cumbre regional, pues también es una nación amazónica. Justificó que “por encima de las diferencias ideológicas, están los derechos de la madre tierra”, reseñó AFP. Dijo que ésta se encuentra “en peligro de muerte” debido en gran parte al consumismo “excesivo”.
Cargada de simbolismo, la cumbre se desarrolló dentro de una choza indígena llamada maloka en la ciudad de Leticia, capital del Amazonas.
El Pacto de Leticia por la Amazonía implica una hoja de ruta con “medidas concretas” para proteger la selva amazónica, en las que según el mandatario cafetero, los instrumentos actuales terminaron desfasados y “se han quedado cortos”. Hace referencia al Tratado de Cooperación Amazónica de 1978 y a la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA).
Llamó en este aspecto a sumar esfuerzos por combatir la deforestación; así como a compartir información para prevenir incendios y fijar metas locales que permitan responder a los efectos del cambio climático.
La firma del acuerdo coincide con el pedido realizado en París (Francia) por la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, quien solicitó “reforzar instrumentos” como la Convención de Patrimonio Mundial, para proteger los bienes de la humanidad que incluyen a la Amazonía.
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Brasil firmó el pacto presidencial
Duramente criticado por su gestión de la crisis, el presidente Jair Bolsonaro no pudo acudir a la cita. Pero su delegación –encabezada en Leticia por el canciller Ernesto Araújo- firmó los acuerdos; además, el mandatario intervino a través de videoconferencia.
El fuego que devoró parte de la Amazonía brasileña ha generado una grave crisis ambiental y diplomática para el gobierno de Bolsonaro, quien defiende la explotación minera en áreas protegidas.
De acuerdo con el sistema DETER de alertas satelitales del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (INPE), en los últimos cuatro meses se disparó la deforestación en Brasil, con un registro de 738,2 km2 en mayo (+34,1%), 936,3 km2 en junio (+91,7%) y 2.255,4 km2 en julio (+278%) y ahora 1.700,8 km2 en agosto (+91,90%), reporta la prensa especializada.
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Los puntos del acuerdo
Los puntos del pacto dependen casi exclusivamente de la voluntad política que asuma el presidente de turno, “así como de la ayuda exterior, dado que requieren ingentes recursos y se prolongarán en el tiempo”, alerta El Mundo (España).
Los mandatarios se comprometen a crear una “Red Amazónica de Cooperación ante desastres naturales”; así como al intercambio de “experiencias en el manejo integral del fuego”. Establecen la adopción de medidas que apunten a la “restauración y reforestación acelerada en las zonas degradadas por incendios forestales y actividades ilegales”.
El Pacto de Leticia apoya además las “iniciativas de conectividad de ecosistemas prioritarios y figuras de protección para la conservación de la biodiversidad”, así como el fortalecimiento de “mecanismos que apoyen el uso sostenible del bosque y los sistemas productivos sostenibles”.
Brinda además un espaldarazo a “procesos de investigación, desarrollo tecnológico y gestión del conocimiento”. Aunque representa un avance en materia de cooperación y trabajo integrado, el documento aún deberá pasar la prueba de ser en la práctica algo más que “una carta de buenas intenciones”.
Clamor del Papa y la Iglesia
El papa Francisco ya advirtió en Laudato Si que “los ecosistemas de las selvas tropicales” de la Amazonía “tienen una biodiversidad con una enorme complejidad, casi imposible de reconocer integralmente; pero cuando esas selvas son quemadas o arrasadas para desarrollar cultivos, en pocos años se pierden innumerables especies, cuando no se convierten en áridos desiertos”.
En su clamor, que incluye el venidero Sínodo sobre la Amazonía, el Santo Padre reitera el compromiso de la Iglesia por nuestra Casa Común, y la atención a los pueblos indígenas que forman parte de ella como elementos prioritarios inseparables.
Nota de redacción: Mientras acontecía la reflexión presidencial en Leticia, el Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) mantuvo un encuentro con la Red Eclesial Panamazónica Repam en Bogotá (Colombia) de cara al Sínodo de octubre. «Hoy la Amazonía está sufriendo, es necesario responder con prontitud en su defensa, por el respeto y vivencia de una ecología integral, para que haya vida y vida en abundancia en nuestra Casa Común«, expresó el presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano, Monseñor Miguel Cabrejos, durante la sesión inaugural de la Reunión que sostienen este 6 y 7 de septiembre con la Red Eclesial Panamazónica REPAM en Bogotá. Más detalles aquí