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Museo Sacro de Caracas: La historia del catolicismo desde el corazón de la ciudad

MUSEO SACRO CARACAS
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Macky Arenas - Aleteia Venezuela - publicado el 02/09/19
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El más importante museo arquidiocesano de la capital palpita, débil pero digno, resistiéndose a perecerEl Museo Sacro es un guardián silencioso de la memoria católica de Venezuela. Adyacente a la Catedral Metropolitana, el antiguo cementerio cesó sus funciones en el año 1872 debido a un decreto emitido por el presidente Antonio Guzmán Blanco.

En aquella ocasión, dicho presidente emitió un decreto que prohibió el funcionamiento de seminarios en el país y cuatro años después emitió otro en el que creaba el Cementerio General del Sur y prohibía la inhumación en antiguos cementerios de la ciudad, incluyendo dentro de las iglesias y capillas. Por esta razón, el cementerio dejó de funcionar.

La edificación que actualmente es la sede del Museo Sacro de Caracas fue mandada a construir en el año 1888 por el entonces arzobispo de Caracas, monseñor Críspulo Uzcátegui, para dar una sede a La Escuela Episcopal. Fue abandonado hasta que en el año 1981 es declarado Monumento Histórico Nacional. Luego de su restauración abrió sus puertas al público en el año 1993 con el nombre de Museo Sacro de Caracas.

 

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Fosa común, cárcel y restos de un viejo cementerio

El museo cuenta historias de santos y de muertos. Exhibe numerosas piezas procedentes de antiguos conventos de Caracas, de la Catedral y de otros templos. Incluye tallas de siglo XVIII, mobiliario, objetos de culto, pinturas, ornamentos, y otros. Además, en su Galería de Arte presenta exposiciones de pintura y escultura que se renuevan cada cinco semanas.

Aún hoy en día se puede ver en este lugar la fosa común, un osario en el cual colocan los huesos de los fallecidos para ganar más lugar, y un enorme muro donde se dice que han sido enterrados los primeros obispos de Caracas.

Se presume que en los nichos de sus paredes descansan los primeros obispos y altos prelados de Santiago de León de Caracas, y que en la fosa común se encuentran los restos de las víctimas de José Tomás Boves –despiadado jefe realista- cuando tomó la ciudad.

Dicen, también, que en los muros del espacio en el que funcionaba la cárcel eclesiástica -que data de 1713– la cual se puede recorrer, donde eran encerrados aquellos miembros de la iglesia que cometían delitos contra las buenas costumbres, la moral y la religión, los reos dibujaron símbolos masones que han sobrevivido, tanto a la religión católica como al paso de tiempo, y solo son perceptibles para quienes saben reparar en los detalles de la historia sacra de Caracas.

Durante 1988 y 1989 se realizaron excavaciones arqueológicas que hallaron una fosa común de aproximadamente 25 cadáveres.

En esa excavación, llevada a cabo en el lugar, hallaron una antigua acequia y una calzada empedrada que aparentemente eran utilizadas como acceso al viejo cementerio. El actual edificio que aloja el museo fue erigido por orden del Arzobispo de Caracas, Monseñor Críspulo Uzcátegui, quien también dispuso la construcción de una nueva sede en el año 1888 y cuyas dimensiones eran originariamente mayores a las del actual edificio.

Otras imágenes aquí (hacer click en galería): 

Más allá del tedio y el olvido

Si hay algo vivo en Venezuela que se resiste a morir es el Museo Sacro. Allí, el arte y la fe están en crisis. La institución funciona a pesar de sus graves fallas de infraestructura. Este año el Museo Sacro de Caracas cumple 26 años. “Cinco de ellos los ha ocupado en una batalla contra el tedio y el olvido, en un esfuerzo casi titánico por mantener intactas sus funciones y la integridad de su colección, aun cuando el colapso ha tocado las puertas de la galería en varias oportunidades”, escribe la periodista Catherine Medina en una de sus crónicas del diario El Universal de Caracas.

Lisbeth Albornoz es adjunta a la dirección del museo, cargo que ocupa el profesor, investigador y curador Gabino Matos. Albornoz se encarga actualmente de las visitas guiadas por las salas del Museo. Explica que hasta la década del 2000, el Museo Sacro Arquidiocesano funcionó con una partida gubernamental suspendida en su momento por el fallecido presidente Hugo Chávez. Desde ese momento depende de una partida otorgada por la Arquidiócesis de Caracas.

El museo también recibe apoyo de voluntarios del Centro Vocacional, seminaristas en formación que ven en el museo una parte importante de su formación religiosa. Estos seminaristas hacen labores no solo de atención al público, sino también de reparaciones menor e incluso de mantenimiento. Cuentan que hasta el grupo lírico Cantamérica también hace vida en los espacios e incluso ha llegado a colaborar con las instalaciones pintando los muros descascarados.

De las dos salas de exposición permanente en la actualidad funciona solo una, pues la otra posee un grave problema de filtraciones. Cada una de ellas requiere de cuatro deshumidificadores para contrarrestar los efectos del moho y la humedad en la antigua colección. Sólo uno funciona.

Ornamentos litúrgicos, tallas, óleos y orfebrería

A pesar de ello, la vasta colección del Museo Sacro se encuentra en óptimas condiciones. La muestra incluye vestuario original de los siglos XVIII y XIX e incluye capas, casuyas, diáconos e incluso un traje utilizado por el papa Pio XII, donado por el Vaticano. También cuenta con una importante colección de custodias, cálices, porta viático, candelabros y palmatorias, además de emblemáticas tallas en madera.

 

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El Museo Sacro abrió sus puertas al público en el mes de noviembre del año 1993 y en el año 1994 se adicionó el denominado Café del Sacro. El museo exhibe gran cantidad de piezas de arte sacro, entre las que se incluyen tallas completas esculpidas, policromadas, como por ejemplo El Ángel de la Pasión; El Cristo de la Agonía, entre otras valiosas piezas. También podrás disfrutar de lo mejor de la pintura de la época colonial, como las del pintor venezolano Juan Pedro López, que data del siglo XVIII y que representa a los 4 ángeles que ornamentaban la Sacristía Mayor de la Catedral de Caracas y que retornaron a la misma en el año 2002.

La colección incluye piezas provenientes de la Catedral de Caracas y otras parroquias, además de algunas donaciones de instituciones y familias. Destacan especialmente el óleo que data del año 1797 de José Campeche -pintor puertorriqueño- denominada La Piedad; y San José con el Niño, del mexicano Javier Flores.

También ofrece la oportunidad de disfrutar de una amplia colección de orfebrería de la época colonial, dentro de la que cuentan cálices, candelabros y otros ornamentos litúrgicos. En el año 1988 la colección se amplió gracias a donaciones realizadas por importantes artistas plásticos como Manuel Quintana Castillo, Jesús Soto, Pedro León Zapata, entre otros.

El museo también dispone de una tienda de regalos, un café –el llamado “Café Sacro”-  y un auditorio en el cual se dictan diversos talleres de pintura.


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