“¡Muito obrigada!”, expresó la primera dama de Francia, Brigitte Macron, en señal de agradecimiento a los brasileños por el respaldo ofrecido luego de que el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, demostrara complicidad con comentarios irónicos en redes sobre el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y ella (en cuanto a su aspecto).
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Con estas palabras Brigitte trató de ponerle fin al “incendio” desatado a nivel diplomático entre ambos mandatarios donde además de intercambios en redes hubo hasta acusaciones decolonialismo hechas por Brasil en referencia a Francia vinculados a la Amazonía y la soberanía. Sin embargo, el verdadero fuego ha estado en otro lado, más específicamente en este particular “pulmón” de la “casa común” (Laudato Sí), y es ahí donde la atención internacional ha insistido en los con su clamor debido al récord de focos incendiarios (más de 80.000 en lo que va de 2019).
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La situación generada, junto a la presión de diversos países del mundo, entre ellos los integrantes del G-7, ha hecho que Brasil tuviera que actuar de manera inmediata y que la estrategia acerca de la Amazonía no se quedara solo en respuestas a ONG o dichos en redes.
¿Qué ha hecho Brasil entonces?
Una de las primeras medidas -además de recapacitar en cuanto a la colaboración internacional, inicialmente rechazada cuando la propuesto el G-7, y aceptar la donación de más de 20 millones de euros tanto de Reino Unido como Canadá- ha sido el envío de las Fuerzas Armadas a la Amazonía para combatir los incendios, incluso dentro de tierras indígenas.
Por otro lado, de forma reciente el pasado 29 de agosto, también mediante decreto, el gobierno de Brasil prohibió la quema de campos en cualquier zona del país durante el periodo seco. La decisión ha sido establecida por 60 días y las únicas excepciones comprenden los casos, recuerda Ansa, de “control fitosanitario para proteger la vida vegetal, prevención y lucha contra los incendios y cultivos de subsistencia en comunidades indígenas”.
En tanto, en las últimas horas también trascendió un pedido de ayuda de parte de Bolsonaro al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la espera de una comunicación con la canciller alemana, Angela Merkel, para discutir la tan mentada ayuda internacional (a pesar de que el diálogo con Macron continuaba fracturado por estas horas).
Mientas todo esto acontece surge una nueva pregunta: ¿esto es suficiente? La respuesta está en desarrollo, pero la preocupación suscitada sobre este lugar más que especial del planeta –que incluso ha motivado un sínodo especial previsto para el mes de octubre o una reunión regional este 6 de septiembre en Colombia- aparece como señal positiva en medio del torrente informativo global.
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En Bolivia el fuego no da tregua
En otro de los países donde el tema de los incendios también ha generado fuerte atención a nivel regional y mundial es en la Chiquitanía (Bolivia). A pesar de los esfuerzos por evitar la propagación –incluso hasta la intervención de una aeronave cisterna estadounidense gigante denominada Supertanker- aún había centenares de focos de calor.
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Es ahí donde en los últimos días se han reproducido también diversos testimonios tanto de militares, como de voluntarios en pos de lograr el objetivo de ganarle la batalla a estos incendios que tanto han conmocionado al mundo en esta ocasión.
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