Así es como predicen los analistas los ciclos económicos
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Solemos observar el Producto Interior Bruto (PIB) o Renta Nacional para observar el desarrollo económico de un país. El PIB, desde el punto de vista del gasto, es el total del consumo privado, la inversión privada, el gasto público y el saldo exterior neto (la diferencia entre importaciones y exportaciones). De todas estas partes, el consumo privado es la que tiene el mayor peso.
Las variaciones del consumo tienen consecuencias a corto plazo muy importantes en las variaciones de la producción, de la renta, del empleo y, en consecuencia, acaban siendo determinantes fundamentales de los ciclos económicos. Pero no toda la renta acaba siendo consumida en el mismo año si no que se posterga su consumo para periodos futuros, lo que denominamos ahorro, y que permite dar sustento a la inversión, la acumulación de capital y en consecuencia el desarrollo de las estructuras productivas.
Así, los economistas muestran un enorme interés sobre las variaciones del consumo a corto plazo y sobre las variaciones del ahorro a largo plazo, ya que ambos son factores determinantes del desarrollo de la economía en distintos horizontes temporales. Por eso de un lado, hay analistas que inciden en que si el consumo no mejora rápidamente, se avecina un ciclo recesivo y otros ponen el acento en que sin aumentar la proporción de renta destinada al ahorro, el futuro de la inversión y del crecimiento económico se verá tarde o temprano comprometido. De ahí el alarmismo de quienes preconizan la necesidad de reducir el déficit público.
En términos de política económica el gobierno se enfrenta siempre al dilema de si consume más a corto plazo o si ahorra para consumirlo más a adelante. Si fomenta el consumo en el corto plazo dispondrá de mayor satisfacción política, podrá dedicarlo a medidas de tipo social, pero a su vez, puede condicionar el consumo de renta futura porque para sostener ese ritmo se requiere también de ahorrar en estructuras productivas que lo sostenga.
Para tomar en cuenta este equilibrio, la confianza del consumidor resulta clave. Si un consumidor se muestra confiado en tanto que pueda realizar el consumo sin el miedo a que el día de mañana le pueda faltar renta, una medida sobre la confianza del consumo resulta muy útil. Si la población de un país muestra confianza en su consumo quiere decir que puede esperar un ciclo económico expansivo pues no se ve en riesgo su estructura productiva de renta que le obligaría a aumentar el ahorro en sustitución del consumo.
La OCDE publica el indicador mensual de confianza del consumo por países y que permite conocer la situación que nos puede anteceder cómo la población de ese país espera que vaya a ser el ciclo económico. La figura 1 muestra este indicador desde el 2014 al 2019 para seis países comparados con la media de los países integrantes de la OCDE. Podemos apreciar cómo la media de confianza de los países se ha reducido en los últimos meses lo que antecede una situación a nivel global en la que se espera un escenario ante el que los consumidores se muestran necesariamente cautos.
Ilustración 1 Indicador de Confianza del Consumo. Fuente OCDE. (Brasil, Alemania, Italia, España, Reino Unido y Estados Unidos)
Brasil desde 2015 se puede ver cómo la confianza en el consumo ha ido remontando con cierta oscilación, pero de forma muy acusada. Alemania muestra una confianza neta superior a la media de los países de la OCDE. El Reino Unido tras la convulsión política del Brexit muestra un claro descenso y caída por debajo del nivel de la OCDE. En los últimos meses Italia muestra un descenso repentino mientras que España tiene un repunte, posiblemente relacionado a las épocas de elecciones democráticas y a los impulsos de demanda por sus campañas electorales.
Como se puede apreciar, la confianza en el consumo es un indicador que no debe ser desdeñado para entender cómo es el devenir de una economía. Es más, resulta interesante conocer qué relación puede guardar el crecimiento económico de un trimestre respecto de la media de confianza de los tres meses anteriores. Par tal efecto calculamos esta media y analizamos la relación con el crecimiento trimestral mediante una regresión econométrica utilizando los datos de 10 años de los países disponibles en la base de datos de la OCDE de los que disponemos el indicador (40 datos x 35 países = 1400 observaciones).
El resultado es que en términos globales existe un efecto significativo entre esta media de trimestral del indicador de confianza del consumo y el crecimiento económico trimestral subsiguiente. Esta relación es tal que cuando aumenta 1 punto la confianza del consumidor, el crecimiento económico aumentaría en términos promedio en 0.066 puntos para estos países.
Es decir que si sostuviera la confianza diez puntos durante un año, el crecimiento económico aumentaría en 2.64% en promedio a lo largo de un año, lo que no es en absoluto desdeñable. De acuerdo con la Ley Okun que relaciona el crecimiento económico y la tasa de Paro, ese nivel de crecimiento por si solo, facilitaría la reducción de la tasa de paro de forma importante.
Ciñéndonos solamente a los países de la Zona Euro, el efecto de la confianza sobre el crecimiento económico también se muestra significativo pero tres veces mayor, 0.20. Esto significa que en Europa, la confianza es muy determinante, que se debe tomar en cuenta de forma muy importante. Una caída generalizada de la confianza puede dañar la economía europea muy por encima.
Ante las recientes noticias de políticas restrictivas, proteccionistas de Estados Unidos, lucha de aranceles con China, auge de nacionalismos y extremismos es normal que el indicador de confianza en el consumo muestra retrocesos. Pero en los efectos económicos de estos retrocesos, Europa, sin tener tanto peso en estas balanzas de confianza globales, tiene mucho más que perder que el resto de países. El lastre del Brexit y la sobreexposición a los vaivenes de la política comercial de Estados Unidos no auguran para Europa una situación cómoda. Y todo, más allá de cuestiones económicamente sesudas y técnicas, por algo tan sencillo, natural y evidente como es que para crecer y desarrollarnos todos juntos hemos de cuidar la confianza.