Político argentino solicito al diálogo y a la escucha con la Iglesia, atributo que no abundaFernando de la Rúa, expresidente argentino (1999-2001), falleció esta mañana, 203 aniversario de la Independencia de Argentina. Tenía 81 años, y además de ocupar el sillón de Rivadavia en un período que terminó estrepitosamente con una inédita crisis económica social y política en diciembre de 2001, fue diputado, senador y jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Lamento el fallecimiento del ex presidente Fernando de la Rúa. Su trayectoria democrática merece el reconocimiento de todos los argentinos. Acompañamos a su familia en este momento.
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) July 9, 2019
De la Rúa fue el primer jefe de gobierno porteño como Ciudad Autónoma, entre 1996 y 1999, y coincidió en esos años con la asunción de monseñor Jorge Bergoglio como Arzobispo de Buenos Aires. También coincidió con el Arzobispo durante los dos años que duró su mandato, por lo que pudo encontró al hoy papa Francisco en numerosas ocasiones.
En una de ellas, con motivo del Tedéum del 25 de Mayo de 2010, la prensa argentina interpretó, como hizo prácticamente siempre desde entonces, que el mensaje del Arzobispo de Buenos Aires era un ataque de advertencias al gobierno vigente. “Monseñor Bergoglio es un santo y un sabio y, en líneas generales, yo coincido con sus palabras”, clarificó rápidamente De la Rúa en aquella ocasión.
En el mensaje, el Arzobispo de Buenos Aires había expresado: “Debemos reconocer, con humildad, que el sistema ha caído en un amplio cono de sombra: la sombra de la desconfianza, y que algunas promesas y enunciados suenan a cortejo fúnebre: todos consuelan a los deudos pero nadie levanta al muerto. ¡Levántate! es el llamado de Cristo en su Jubileo. ¡Levántate Argentina! como nos dijo en su última visita el Santo Padre, como lo soñaron y realizaron nuestros próceres fundadores”.
Además, al término de ese Tedéum Bergoglio hizo subir al presbiterio al mandatario para que reciba el saludo de distintas autoridades religiosas que habían concurrido al evento, primera vez, destacaba la prensa del momento, que se daba un gesto como este.
Bergoglio y De la Rúa tuvieron otros encuentros durante ese período, por ejemplo en diciembre de 2000, cuando como miembro de la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal el entonces Arzobispo acompañó la delegación que se encontró con el dignatario en la Casa Rosada. Ya por entonces la crisis comenzaba a atisbarse con gran fuerza. “Nuestra preocupación, nuestra prioridad es la gente, dar mejores condiciones de vida, Acá no hay dos posiciones —la del Gobierno y la de la Iglesia—, sino que todos estamos trabajando para la gente”, aclaró entonces De la Rúa, en una conferencia de Prensa brindada con el entonces Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina monseñor- hoy cardenal- Estanislao Karlic.
El año siguiente sería uno de los más dolorosos de la historia reciente argentina. La crisis económica, política, fue llevando a un diciembre en el que se vivieron saqueos y distintos tipos de incidentes. Una de las últimas apariciones públicas de De la Rúa fue para asistir a una reunión en la Sede de Cáritas, en la que confluyeron referentes políticos, sindicales, empresariales, y sociales. Desde la Iglesia, los obispos hablaban aquellos meses de una crisis inédita, histórica, y llamaban al diálogo y trabajo conjunto con responsabilidad.
El mandato de De la Rúa terminaría al día siguiente, en una noche muy triste para la Argentina.
Más allá del juicio que pueda tenerse sobre Fernando de la Rúa, de los aciertos y desaciertos de su trayectoria política, que no se acaba en sus dos años de presidencia, fue un político argentino solicito al diálogo y a la escucha con la Iglesia, atributo que no abunda.
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