La firma califica de “holocausto económico” el caso venezolano. Advierte que si no hay cambios en el corto plazo, la economía continuará su desplome, afectada por sanciones de EEUU y la UE que inciden sobre el sector privado y la calidad de vida del venezolano
José no entiende mucho de economía, ni por qué una pasta de dientes tiene un precio mayor en dólares en Venezuela que en cualquier otro país del mundo, pero sabe bien que con los cinco billetes verdes que en bolívares gana como salario, no podrá comprar sino un kilo de queso.
Y es que aunque en la nación sudamericana no existe “inflación en dólares”, así se percibe porque ahora se requieren seis veces más divisas para comprar lo mismo que hace un año, según explica el economista Asdrúval Oliveros, socio director de la firma Ecoanalítica.
El especialista presentó su análisis durante el foro “Perspectivas económicas, políticas y sociales de Venezuela 2019”, organizado por el Centro de Estudios Políticos de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab) y dirigido a un reducido grupo de académicos, empresarios, analistas y comunicadores que incluyó a Aleteia.
El experto dijo que una familia promedio de cuatro integrantes en Venezuela necesita al menos 500 dólares para cubrir la canasta básica alimentaria, lo que es el séxtuple de cuanto invertían hace un año, y cien veces lo que legalmente representa el salario mínimo bajo las políticas económicas y financieras de Nicolás Maduro.
Explicó que en un escenario de transición, se observa una elevada contracción del consumo debido a la caída del poder adquisitivo, y sostuvo que “el sector público está indexado a salario mínimo”, lo cual contrasta con el sector privado que “paga cuatro (4) veces más”.
El sector privado asume prestación de servicios públicos
Dijo que en la economía venezolana avanza la privatización de lo público. “El Estado va abandonando la provisión de servicios y bienes públicos. El sector privado ahora se tiene que abastecer de energía eléctrica, establecer su propio sistema de agua potable, brindar transporte privado a su personal”.
El gobierno de Maduro está haciendo que sea el sector privado el que asuma esos roles, con todos los costos que eso implica. Generalmente los bienes públicos son públicos, porque el sector privado no tiene ni incentivo ni capital para poder llevarlos a cabo, dijo Olivares.
Explicó que la aparición cada vez mayor de bodegones obedece al “tipo de cambio barato” en Venezuela, donde “lo importado está ganando espacio y terreno”, mientras causa un impacto negativo “en la industria y la manufactura” locales.
“Tenemos un tipo de cambio que se está apreciando, lo que hace que lo importado empiece a ganar espacio. Eso explica un poco el porqué del auge de bodegones, el de puerta a puerta, y todo este fenómeno”, abundó.
Sanciones económicas dañan también el sector privado
En cuanto a las sanciones aplicadas lideradas por el gobierno de Donald Trump que incluyen al petróleo criollo, otrora principal fuente de ingresos en el país, recordó que también la Unión Europea mantiene presiones económicas sobre Maduro y el país. En este aspecto, estimó que “no es cierto que sean las causantes de la crisis”.
Pero advirtió que están aplicadas no sólo a funcionarios, razón por la cual “tienen un impacto en la dinámica económica” y “complican también al sector público (que está pagando en euros) y al privado, que tiene actividad exterior, pues exporta e importa”.
“Las sanciones sí tienen un impacto en la dinámica económica”, dijo. “También en el sector privado, sobre todo el que tiene actividades de comercio exterior; es decir, que exporta o que importa”.
“Las transacciones en divisas en Venezuela vía instrumentos financieros con bancos americanos se ha complicado de forma importante. En la medida en que la situación continúe y se siga complicando, nos preguntamos ¿cómo vamos a manejar los efectos colaterales que las sanciones están teniendo sobre la economía?”, cuestionó.
Venezuela sufre un “holocausto económico”
El especialista calificó de “holocausto económico” el caso venezolano tras la aparición de la “revolución bolivariana”. Presentó cifras oficiales del Producto Interno Bruto (PIB) petrolero y no petrolero, al tiempo que refirió la “contracción de la economía de 52% entre 2013 y 2018”. Explicó que hoy “somos la mitad” de lo que éramos.
Sostuvo que “la situación es peor para el sector privado”. Recordó que el sector público “trabajó mucho tiempo con dólar preferencial”, y dijo en tal sentido que “el acceso a divisa barata es un subsidio muy poderoso”.
En cuanto al desenvolvimiento económico con base en la data oficial disponible, señaló que hay una “evidente contracción” en diversos sectores como construcción; comercio y servicio de reparación; instituciones financieros y seguros; manufactura; transporte.
Dimensionó que la producción petrolera de 2019 nos lleva a retroceder hasta la de 1943. Indicó que la perspectiva no es halagadora. Tan sólo si se toman en cuenta el número de taladros, pasamos de casi 80 a 24, con Nicolás Maduro. La Venezuela actual “no tiene capacidad de mantener la producción” de crudo.
El experto de Ecoanalítica dijo que en la firma estiman que 2019 termine con una producción venezolana promedio de sólo 500 mil barriles diarios de petróleo. De ser así, el aporte a la economía nacional sería un monto marginal “despreciable”.
Gestión Maduro perdió capacidad de importar
Dijo que “esa caída destruye la capacidad de importación que llega a la gente”, y tendrá un “impacto severo sobre la economía”, pues intensifica el hecho de que “el Estado ya no tiene capacidad de venta de divisas al mercado”.
Asdrúval Oliveros también se refirió a los ajustes implementados por la administración Maduro. Aunque “tardío e incompleto”, dijo que ha dado positivos “resultados parciales”.
Enumeró que el Gobierno “recortó el gasto público, redujo el déficit fiscal, aprobó la liberación y ajuste de precios y tarifas, impulsó la restricción monetaria y crediticia, motivó la despenalización del mercado cambiario”.
Sostuvo en este aspecto que si bien “no salimos del ciclo hiperinflacionario, hay ahora una nueva etapa”. Advirtió además que el liderazgo político -tanto el criollo como el internacional- subestima la resistencia económica de Nicolás Maduro:
“Ellos aguantan porque ajustan. Generaron una caja de 4 mil millones de dólares”, aunque las recientes acciones del equipo de Juan Guaidó -con apoyo inédito de Estados Unidos- le quitó acceso a casi 3.100 millones de dólares”.
El economista se refirió al sistema de ajustes y recortes. Explicó lo que a su juicio está “haciendo el chavismo para sobrevivir”: Recorta gastos, también en materia social. Las cajas de alimentación (CLAP), acusadas por la oposición como sistema de control y chantaje social, disminuirán.
Dijo que al no tener manera de abastecer el mercado interno, permite el ingreso de la ayuda humanitaria, porque “es un sustituto imperfecto” del mecanismo de control chavista.
El problema del combustible llegó para quedarse
Advirtió que “el problema del combustible llegó para quedarse”, argumentando que “no hay manera de importar todo lo que necesitas, ni para refinar petróleo”.
En cuanto a la inflación, sostuvo que finalmente se presenta una “desaceleración”, al señalar que las tasas “llegaron a 200% por mes”, y en la actualidad están “por debajo del 50% por mes”. Es un “fruto del ajuste chavista, aunque sigue siendo una calamidad”.
Dijo que los ingresos por materia de remesas presentan una tendencia cada vez más creciente y estimó en más de 3 mil millones de dólares el volumen en que cerrará 2019.
Consultado con respecto a si ¿rinde menos un dólar en Venezuela?, explicó que “en realidad lo que ocurre es que las cosas suben de precio -en moneda local, bolívares- más rápido de lo que tú cambias”. Es por eso que “hoy necesitas 6 veces más dólares de los que necesitabas hace 1 año para comprar las mismas cosas”.
Y señaló que no se pueden comparar los precios de los productos -aunque sean en euros o dólares- con economías de Europa o de Estados Unidos, porque “nunca son los mismo”. El caso de Venezuela es inédito, y “sus particularidades también son únicas”.
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