Existe un aspecto práctico de la sanación interior que es la composición de lugar, es decir las meditaciones o ejercicio de la imaginación: ir a un lugar con nuestra mente o imaginación, según lo indica san Ignacio de Loyola.
La composición de lugar es una manera de utilizar con sabiduría nuestra imaginación y ponerla al servicio de la acogida de la Palabra y de la Voluntad de Dios, es decir, ser más dóciles a ellas.
Por ejemplo, la Cruz. Cuando meditamos sobre ella decimos: vayamos al calvario a acompañar a Jesús; veamos, presenciemos lo que está sucediendo.
Se llama composición porque es como si con la imaginación yo estuviera recreando la escena.
Otro ejemplo puede ser cuando llega la pecadora al lugar donde yo estoy con Cristo. ¿Cómo reacciono cuando ella llega? Yo me pongo en el lugar de las personas que están ahí y me doy cuenta de mi reacción o de mi pensamiento.
Lo bueno de estas composiciones es que luego yo puedo asumir otro rol. Por ejemplo, ser ahora la pecadora. En la composición del lugar la imaginación es mi aliada en un proceso de sanación.
Estos son algunos ejemplos de la composición de lugar que Fray Nelson Medina sugirió en un retiro de sanación.
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