La dura derrota del presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogán, en las municipales de Estambul, después de hacer repetir las elecciones, cambia las coordenadas de la región, y sobre todo queda debilitado un Erdogán que buscaba un papel de una cierta equidistancia entre Washington, Moscú y China.
Tras hacer repetir las elecciones, Erdogán –con todo el poder personal que adquirió—lanzó a su candidato, Binali Yildirim, ex presidente del Gobierno y también del Parlamento, a la conquista de la alcaldía de Estambul, la ciudad más importante del país, y en la que Erdogán fue alcalde y comenzó su carrera política. Los medios de comunicación oficiales y los semioficiales –casi todos—apoyaron al candidato oficial sin escrúpulos, para mantener la alcaldía de Estambul en manos del Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP) que la llevaba gobernando desde hacía 25 años. Incluso el propio Erdogán amenazó al candidato del a oposición de meterlo en la cárcel por insultar a una autoridad. No fue así.
Pero mientras que la oposición –una alianza de partidos de la oposición, el Partido Republicano del Pueblo—liderada por Ekrem Imamaglu, de 49 años y ex alcalde de distrito de distrito, se impuso en 29 de los 39 distritos de la ciudad, y con más del 54 por ciento de los votos. Las elecciones del pasado mes de marzo las ganó por la mínima (0,2 por 100).
En la conferencia de prensa del domingo por la noche, el vencedor de las elecciones de Estambul dijo: “16 millones de residentes de Estambul renovaron nuestra creencia en la democracia y la confianza en la justicia”. Dijo también que respetaría a todos, los que les han votado y los que no, de cualquier origen étnico y religioso, ya sea turco, kurdo, armenio, circasiano o griego”. Tendió una mano al presidente Erdogán para “trabajar juntos” por el bien de la ciudad y del país. Recibió las felicitaciones y reconocimiento de su victoria, tanto de Erdogán como de su contrincante Binali Yildirim.
¿Por qué perdió Erdogan? La pérdida del líder turco se debe a la crisis económica profunda del país, con un gran debilitamiento de la moneda y deuda externa, el exceso de islamización, en especial en Estambul, a la oposición a que Erdogán tuviera un control más autoritario del país y a la fuerte inmigración que ha sufrido Turquía de los habitantes del Oriente Medio y a un descontento cada vez más generalizado de la marcha del país, con una inflación alta y un desempleo preocupante, con una economía en recesión.
En el aspecto internacional, Recep Tayyip Erdogán deberá asistir a la cumbre del Grupo de los 20 que se celebrará dentro de unos días en Osaka (Japón), además de una reunión en China y con los países europeos del sur de los Balcanes. Turquía pertenece a la OTAN y Estados Unidos no quería que comprara el sistema ruso de misiles S-400. Ahora va a despejar sus dudas: dirá que no.
Todos recordarán las imágenes de júbilo de personas y familias enteras –niños incluidos—que salieron a la calle el domingo, para festejar la victoria del partido de la oposición. Todos gritaban y bailaban. Era una fiesta.
¿Habrá elecciones anticipadas en Turquía para el año próximo? Veremos qué ocurre en los próximos meses.
Hoy celebramos a...