«Me quedé en shock al ver que hay tantos niños que querían decirme adiós». Son las palabras de Tinney Davidson, una abuelita que ha vivido los últimos 12 años a pocos metros de la Highland Secondary School, en Comox (Canadá).
Durante este tiempo, Tinney se ha convertido en una persona familiar para todos los alumnos: «Los veía pasar cada día al entrar y salir de la escuela, y pensé que si me saludaban, yo les respondería también con el saludo. Así empezó todo».
Desde su ventana, hiciera sol, lloviera o nevara, Tinney acudía diariamente a su cita con los escolares y les daba los buenos días desde su salón o los despedía por la tarde.
Ha ido pasando el tiempo y cada curso escolar se despedían unos alumnos y aparecía una nueva promoción.
Antes de que se mudara a una residencia
Sin embargo, hace unos meses la familia de Tinney decidió que era el momento de dar una mejor calidad de vida a la ancianita, y eso implicaba trasladarla a una residencia. Tinney acogió la idea muy positivamente. Sin embargo, lo que no imaginaba era que la noticia iba a correr como la pólvora entre los estudiantes. y la respuesta no se hizo esperar.
Hace unos días, unos 400 estudiantes de la escuela se reunieron ante la casa de Tinney para despedirse con un cariñoso adiós lleno de canciones y frases de cariño. Para muchos de ellos, Tinney ha sido como una tercera abuela de su familia. Sin duda su saludo era mucho más que un gesto y les llegaba al corazón.

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