Do Won y su esposa Jin Sook llegaron a Estados Unidos en 1981 apenas sin nada. Hoy son propietarios de Forever 21, una marca de moda que les ha hecho inmensamente ricos sin renunciar a su feLa revista Forbes no dudó en mostrarlos en portada como ejemplo del “sueño americano” de muchos inmigrantes. Procedentes de Corea del Sur, este matrimonio católico llegó a Estados Unidos casi sin nada. Comenzó una batalla por encontrar trabajo, que llevaría a Jin Sook a trabajar en una peluquería y a Do Won a lavar platos, servir comida preparada y limpiar oficinas. Los de él no fueron un trabajo tras otro sino los tres al mismo tiempo, en jornada de mañana, tarde y noche. “Cobraba el sueldo mínimo: 3 dólares por hora”.
Observó qué daba más beneficios
El matrimonio se empeñó en seguir trabajando en Los Angeles y se dedicó a observar cuál era el mejor camino. Pronto Don Won encontró un trabajo en una tienda de ropa y eso le hizo ver que este sector daba más beneficios que los trabajos anteriores que había tenido.
Ahorraron hasta reunir 11.000 dólares y con ellos compraron una primera tienda de ropa de moda, Fashion 21. Compraban ropa al mayor a fabricantes locales surcoreanos y la vendían al detalle. El primer año, su facturación alcanzó los 700.000 dólares.
Desde aquellos comienzos en los años 80 hasta hoy, la empresa (que enseguida pasó a llamarse Forever 21) no ha dejado de crecer y hoy es un claro ejemplo de éxito: su negocio está valorado en 4.000 millones de dólares y poseen 790 tiendas en 48 países.
Una cita de San Juan en las bolsas y misa a diario
Los Chang siempre han hecho que su fe católica forme parte de su camino personal y profesional no solo por su confianza en Dios sino porque públicamente dan testimonio de sus creencias. De hecho, es curioso observar que las bolsas de Forever 21 llevan impresa la cita de Juan 3, 16: “Pues amó tanto Dios al mundo, que no paró hasta dar a su Hijo unigénito: a fin de que todos los que creen en Él no perezcan, sino que vivan vida eterna”. Además, ambos comienzan la jornada yendo a misa los 7 días de la semana.
A la luz de este versículo y viendo la sonrisa de la pareja, se entiende también que el nombre de la marca lleva un mensaje trascendente, que remite al cielo.
El matrimonio Chang -a quienes se les calcula una fortuna personal de 3.000 millones de dólares- tiene dos hijas, Linda y Esther, que han estudiado en importantes universidades de Estados Unidos y ahora trabajan en la firma.
Te puede interesar:
El chico que usaba la luz de la calle para hacer la tarea