La titular del juzgado Penal número 9 de Barcelona (España) ha condenado a 15 meses de cárcel al youtuber ReSet por haber publicado en esa red social un vídeo en el que denigraba a un indigente. Para ello, ideó una escena en la que se acercaba al pobre que pedía limosna a las puertas de un supermercado y le ofrecía galletas Oreo de las que previamente había cambiado la crema por pasta dentrífica.
La sentencia se completa con una multa de 20.000 euros y la prohibición de utilizar Youtube durante los próximos 5 años. Kenghua R., sin embargo, no cumplirá la condena de año y medio de cárcel porque la legislación española así lo permite cuando el condenado no tiene antecedentes penales.
ReSet es el “alias” de Kenghua R., un joven que vive en Barcelona y que se había convertido en influencer sobre todo en España y América Latina. Desde diciembre de 2014, fecha en que creó su canal, había llegado a los 1,1 millones de suscriptores y los 124 millones de páginas vistas. Con el vídeo en el que humillaba al pobre, publicado en 2016, había recibido de Google 2.180 euros en concepto de publicidad.
Ganó dinero “a costa del dolor ajeno”
La condena judicial resulta ejemplar para aquellos youtubers que consideran que tienen libertad absoluta para hacer y decir todo lo que quieren en Youtube. En la sentencia se le condena por “vilipendiar, degradar y ofender” a una persona vulnerable y por “ganar dinero a costa del dolor ajeno”.
En noviembre de 2016, un seguidor retó al youtuber a bromear con las galletas rellenas de pasta de dientes. El acusado, según hace constar el texto de la juez, “para captar de forma más efectiva la atención morbosa de sus seguidores con el correlativo y apetitoso incremento de ingresos que ello comportaría, decidió focalizarlo en personas sin hogar, aprovechándose además para su ejecución de la gran vulnerabilidad derivada de su extrema pobreza y exclusión social”.
“Trato humillante, degradante y estigmatizador”
El youtuber preguntó primero al mendigo si tenía hambre y a continuación le entregó las galletas manipuladas y un billete de 20 euros. Fue grabando la escena “con el ánimo de ridiculizar y vejar” al indigente, “y en general a todas las personas que se encuentran en situación de extrema pobreza”, comentaba irónicamente a sus seguidores que aquello ayudaría al pobre a “limpiarse los dientes”.
Al día siguiente, Kenghua R. regresó ante el mendigo y con “sorna” le preguntó cómo le habían sentado las galletas. La sentencia recoge que la broma le ocasionó vómitos y sintió tristeza y miedo. De todo ello se desprende que el hombre fue víctima de un “trato humillante, degradante y estigmatizador”.
El mendigo se llama Gheorge y tiene 52 años. Es de origen rumano, fue pastor de rebaño y barrendero, y en su país sufrió la dictadura de Ceaucescu. Emigró a España después de haber pasado por un centro psiquiátrico en su país, cuando ya sufría un serio problema de alcoholismo.
La acción de ReSet llegó a la Fiscalía a partir de las quejas de usuarios de Youtube ante Google (propietaria de Youtube) y gracias a las críticas en las redes sociales.
Quiso comprar el silencio del pobre
La juez detecta en la sentencia que el influencerquiso comprar el silencio de la víctima. Para “restablecer su imagen deteriorada con la consiguiente pérdida de ingresos económicos, y preocupado por las posibles consecuencias legales” de su acción, el procesado borró el vídeo y, el día 24 de enero de 2017, se dirigió con otra persona al lugar donde estaba el mendigo y le ofreció 300 euros para que no presentara denuncia.
La sentencia revela que no es esta la única que Kenghua R. cometía “acciones de naturaleza vejatoria contra personas indefensas y vulnerables”: en otros vídeos rellenó un bocadillo de pan con excrementos de gato y los ofreció a un anciano y a un menor de edad, que en ambos casos lo rechazaron. Esas personas, sin embargo, no han podido ser identificadas y localizadas. “Basta ver otros vídeos donde tiene comportamientos crueles con ancianos o niños de corta edad, incluso con repartidores a domicilio”, añade.
La sentencia afirma que la acción humillante que ReSet llevó a cabo contra el mendigo “produce un efecto que repercute en todo el colectivo, que multiplica su estigmatización y contribuye a mantener los estereotipos y la posición social del mismo”.
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