Fue un sábado distinto en el santuario de Nuestra Señora de Luján. Hasta los lugareños que se enteraban por Instagram lo que estaba ocurriendo en la Basílica preguntaban desorientados: ¿Dónde es ese espectáculo de luces, música y palabra? Era noche de Lumen Sky en Luján.
Aunque esta iniciativa católica que explora modos nuevos de expresión de la fe a través del arte y de la música llamada Lumen Sky nunca había comenzado de esta manera, el estar en Luján lo ameritaba. Y un rato después de culminada la Misa, la última de un agitado día de peregrinaciones en la Basílica- como es habitual- se apagaron las luces. Todas menos una que hizo foco en la anfitriona, en María de Luján. La experiencia sensitiva, ya de por sí emocionante, se completó con el Ave María interpretada por la soprano Vanesa Benitez, , para dejar en claro para los asistentes que lo que ocurriría esa noche sería verdaderamente algo distinto.
Más de 1200 personas participaron desde entonces de dos horas en las que hubo fraternidad, adoración, oración conjunta, testimonio, escucha, y música que fue acompañando el alma hasta el cierre que nadie quería que llegara. Participaron los artistas Maxi Larghi, Uriel Arcodaci, Luz Gainza, Alicia Rossini, Vanesa Benitez, Javier Griffioen, además del Coro Arquidiocesano de Buenos Aires.
Lumen Sky, que tuvo en Luján su octava edición, no es un recital, pese a que su calidad artística es propia de uno. Tampoco una compañía de teatro profesional, pese a que la luminaria pareciera indicarlo; de hecho, el pulmón de este espacio nacido hace algunos años en Buenos Aires son voluntarios. Tampoco es parte de un movimiento o carisma particular dentro de la Iglesia: convoca a miembros de distintas comunidades que comparten y preparan juntos desde la experiencia y sensibilidad de cada experiencia eclesial unas noches que tampoco tienen lugar en un templo en particular sino que puede ir variando.
En esta ocasión el orador, que también cambia en cada vigilia, fue Pino Scafuro, referente de la Renovación Carismática Católica. Pero la riqueza de Lumen Sky es que se nutre de varias familias de la Iglesia. Y que también, con la música y el arte, propone un camino de unidad entre cristianos de diferentes denominaciones. A Luján asistieron grupos evangélicos, con los que se reza y se crece en amistad.
Conocer cómo transformaron la Basílica de Luján con luces para esta vigilia es la puerta para saber de la pasión que los organizadores ponen en cada detalle. Hubo que aprovechar la madrugada, único momento en el que el santuario nacional permanece vacío. Y hubo que cuidar durante el día que nada pierda su lugar aun cuando miles acudieron a la Basílica. Y también hubo que quedarse a desarmar hasta muy tarde.
La procedencia y la variedad etaria de los asistentes da cuenta de lo que moviliza Lumen Sky. Desde distantes ciudades del Gran Buenos Aires, pero también desde provincias como Jujuy o Córdoba asistieron grupos de jóvenes –muchos de ellos acompañados por sus padres- atraídos por lo que parecía una propuesta distinta. Los jóvenes, como ha ocurrido en otras ocasiones, terminan emocionados, agradecidos con todo lo recibido; incluso algunos que nunca habían estado cerca de la Iglesia comenzaron un proceso de acercamiento a la fe, y hoy son motor de Lumen Sky, además de activos participes de sus propias comunidades.
Todo el proyecto es sostenido gracias al aporte individual de muchos pequeños donantes y de algunas empresas o profesionales que ofrecen generosamente su tiempo y recursos para permitir a muchos acercarse Dios a través de la belleza, de la música.
La próxima edición de Lumen Sky será el 5 de julio en la parroquia de San Benito Abad, en la Ciudad de Buenos Aires, conocida popularmente como la Abadía de San Benito. Otro escenario que promete ser imperdible para una noche distinta.
Hoy celebramos a...