¿Los padres deben mantenerse al margen o intervenir de forma sistemática? La solución estaría en un punto intermedio: intervenir para ayudarles a encontrar una solución. Aquí tenéis algunos hábitos que podéis adoptar para restaurar la paz después de una discusión: escuchar, sancionar si es necesario y ayudarles a encontrar por sí mismos un compromiso justo
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El tono se eleva, empiezan a llover insultos, hay una tensión que podría llegar a las manos… Y ya está: ¡ya están discutiendo! Automáticamente, cualquier padre o madre responde por lo general con un grito: “¡Dejad de pelear!”, y como eso no tiene ningún efecto en absoluto en la disputa fraternal, deciden intervenir probando a desempeñar el papel de gran justiciero: “¿Quién ha comenzado?”, pero como cada uno se considera el más inocente de los corderito, los separan: “¡Cada uno a su habitación!”.
Los dos beligerantes parten cada uno por su lado, frustrados, incomprendidos y llenos de rencor hacia su hermano o hermana. Sus corazones resentidos crean un ambiente tenso. ¿Existe algún medio para reconciliarlos y restaurar su relación? Aquí tenéis algunos consejos de la mano de Florence Prémont, consejera conyugal y familiar de Cabinet Ephata.
Las peleas son prueba de la existencia de una relación
Las disputas entre hermanos son normales, incluso hasta sanas. Son prueba de la existencia de un vínculo, de un apego, de una relación entre hermanos y hermanas. Como en el seno de la pareja, sería inquietante que se diera una indiferencia total. Según Florence Prémont, “querer imponerse al otro, hacer valer un deseo, entrar en competición o sentir celos son elementos básicos de la naturaleza humana”. Pero, ¿qué hacemos cuando estallan las tensiones?
Escuchar
Según Florence Prémont, es importante que el padre o madre “dedique tiempo a escuchar qué sucede entre los hijos”. También insta a llevárselos a un aparte para escucharles por separado y luego que hablen en presencia del otro.La finalidad es permitirles expresarse, pero también que tomen conciencia de los sentimientos del otro. Solamente escuchándose mutuamente pueden encontrar una solución.
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