“Es realmente escandaloso y monstruoso, según noticias que nos llegan, que militares también de alto rango estén torturando a colegas y civiles”, escribía escandalizado monseñor Ramón Ovidio Pérez Morales, obispo emérito de Los Teques. Se refería el religioso a los suplicios recibidos por tres jóvenes que eran castigados sin piedad con un trozo de madera por parte de funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, y que fueron difundidos este 5 de mayo. El video se hizo viral en las redes sociales.
No se sabe dónde ni cuándo ocurrió el aberrante hecho; tampoco el destino de los tres jóvenes. Lo que sí es evidente son las agresiones y la voz de un militar no captado en la escena, que entre risas catalogaba el episodio de “¡Excelente!”. Mientras el verdugo sugería los jóvenes “al Comando”, el militar anónimo proponía sin rubor: “¡Vamos a sembrarlos!”. Eso, literalmente, significa en Venezuela: “¡Vamos a matarlos!”.
En lo que va de año fueron asesinados 8 menores durante las manifestaciones en Venezuela. “Es un aniquilamiento sistemático y organizado contra los menores de edad y la población más indefensa de una crisis que ya muchos califican de genocidio”, reflexionaba para Aleteia, Evaristo García Pietri, un vecino de Caracas (Petare), en el marco de la misa que antecedió a la “Vigilia Luces por Venezuela”.
“El ejemplo es claro”, indicaba el hombre de 45 años y de encendido verbo, mientras comentaba lo que se publicaba en las redes sociales. De las cinco víctimas fatales ocurridas a cargo del régimen de Nicolás Maduro entre el 30 de abril y el 1 de mayo pasado, tres son menores de edad. Eran apenas unos niños, si se toma en cuenta lo que encierra el significado de la frase: “los más pequeños de la casa”.
“Los asesinatos de estos menores parecen algo premeditado, planificado y certeramente cumplido por sus victimarios: todos fallecieron con disparos recibidos directamente en la cabeza”, expresaba con los sentimientos a flor de piel. Y citaba las muertes en protestas de “Yoifre Jesús Hernández, de catorce años de edad; Josnel Peralta, de dieciséis; y Yonder Villasmil, con quince años. Pero estos tres muchachos no son los únicos”. “Hay muchos jóvenes desaparecidos como los del video”.
También alegaba que “otros menores de edad están recluidos en hospitales insalubres buscando sobrevivir a enfermedades o con severos problemas neurológicos en sus casas. Los está matando la falta de medicamentos, la impericia de los médicos integrales y la falta de equipos adecuados, les niegan el derecho a vivir”, denunció.
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Maduro es responsable de la muerte de 28 niños
“Con estos asesinatos, Provea –Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos- y el Observatorio Venezolano de Conflictividad Social, cifran en 58, la cantidad de personas fallecidas en el contexto de manifestaciones registradas desde el día 22 de enero de 2019”, publica un informe de Provea, este 3 de mayo.
Desde la organización defensora de los derechos humanos, aseguran que 28 niños, niñas y adolescentes han perdido la vida en el contexto de manifestaciones realizadas en Venezuela entre el 12 de abril de 2017, y el 1 de mayo de 2019. “La mayoría de las víctimas eran habitantes de comunidades populares abandonadas por el Estado, y participaban en protestas reclamando la ausencia de democracia, medicinas comida y servicios públicos”, fundamenta el informe.
Disparan sin compasión
Yonder Villasmil, de 15 años de edad murió en la noche del 2 de mayo, en el marco de una protesta que se realizaba en el municipio Obispo Ramos de Lora, en el estado Mérida. Se encontraba frente al liceo de Santa Elena de Arenales. Cuentas los testigos que una comisión de la Guardia Nacional Bolivariana reprimió a los manifestantes, disparando contra ellos. Yonder fue alcanzado por uno de los proyectiles.
Provea indica que “8 adolescentes, con edades comprendidas entre los 14 y 17 años, han sido asesinados por agentes de la fuerza pública”. Algo espantoso, sí se toma en cuenta la existencia de acuerdos y leyes surgidos para proteger a los menores de la casa en todos los órdenes y contextos en que éstos se encuentren.
En resumen, 57 de las muertes que se han generado desde abril de 2018, se produjeron por impacto de bala y una debido a un infarto sufrido por la víctima, mientras era saqueado su negocio. “El 68,9% de los asesinatos (40) son atribuibles a agentes de la fuerza pública, siendo la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) el componente represivo que concentra la mayoría de las muertes con 25 casos”, ratifica Provea.
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